Berlín, 12h: Unter der Linden

Acabo de llegar de las tierras del Norte: Berlín. En la emblemática avenida Unter der Linden (Bajo los Tilos) paseaba la primavera.
Creo que, al menos una vez en la vida, hay que ir a este espacio de Historia viva en el que nadie puede olvidarse del pasado aunque los alemanes hayan conseguido un hermoso presente.
No se pide tener los pies en forma para recorrer Berlín, sólo el corazón: una serie de barcos llevan al turista por el río Spree para mostrarle una visión original de la ciudad, y una red perfectamente organizada de autobuses le facilitan los escenarios para que elija la obra que le apetece conocer mejor.
Berlín es impresionante por sus grandiosos edificios, el ambiente cultural, la riqueza de los museos, por la oferta musical, el apego a las tradiciones...También es chocante por la acertada inserción de construcciones vanguardistas en un entorno clásico.
Tremendamente interesante, la capital es un mundo en sí misma.
Una estrecha y larga línea de adoquines al pie de la imponente Puerta de Brandemburgo recuerda el tristemente famoso Muro, del que se conserva parte a lo largo de diferentes zonas. Testigo de la complicada historia de Berlín, los restos del Muro se ocultan entre artísticas pinturas y fotografías de los líderes de la posguerra y los protagonistas de la "guerra fría": Churchill, Kruschev, Adenauer, Willy Brand, Kennedy... Monumentos y museos recuerdan el Holocausto para que nunca más... Entre lo que se ve y lo que se adivina, Berlín emociona, no sé si por su belleza, sus tragedias... o por la capacidad de asimilación de los berlineses y su espíritu de superación.
Cuando el viento sopla del Este, arrastra cierta tristeza, pero hoy, en Berlín, se respira progreso, tolerancia, organización, calidad de vida, amabilidad...
Recomendable una escapada.