Blog de Isabel García Olasolo. Plusesmas.com
¿Qué tal? Soy Isabel García Olasolo, directora editorial de Bayard durante muchos años. Ahora, jubilada y presidenta de la Fundación Bayard, me gustaría compartir desde este blog mis pensamientos, anécdotas y experiencias con vosotros, ¿Quedamos aquí? Os espero.
Pinceladas en pasado presente y futuro
lunes, 13 de enero de 2014
Si el año nuevo comenzó oficialmente el día 1 de enero, creo que no empieza de verdad hasta que los Reyes Magos vuelven a Oriente, y el puzzle de la vida cotidiana empieza a encajar.
La reciente Navidad, la Nochevieja y el paso de los Magos son ya el pasado, recuerdos que se han desvanecido en la nada. Pero las fiestas 2013- 2014 me han dejado sabores intensos, amargos, dulzones, dulcísimos ..., difíciles de borrar.
La muerte inesperada de un familiar convirtió el ambiente festivo en una Navidad de quiero pero no puedo, y es que la ruleta de la suerte negra no entiende de treguas.
Sólo los niños iluminan las circunstancias oscuras con su fuerza y su alegría... y sus peculiaridades: una de mis nietas, divina inquietud, se tragó una moneda de un euro la noche del 25, y a todos se nos atragantó la "recena". El susto, largo, terminó felizmente en un quirófano.
Celebramos el fin de año en familia, con un poco más de ánimo, que fue creciendo hasta el día mágico de Reyes en el que todo es posible.
Quizás por eso recibí un extraño regalo, sin caja ni papel: una especie de "ataque" de energía que me animó a poner en práctica una idea que me punza sin cesar desde hace tiempo: "Este año, haré todo lo que quiero hacer", que no es lo mismo que decir: "quiero hacer todo lo que me dé la gana". Aclarado este punto, ¡Dios mío, nunca me había planteado un reto tan atrevido! Y sin embargo, estoy decidida.
Todos tenemos sueños, seguramente imposibles, esperando su turno para hacerse realidad, pero en mi caso, se trata de superar asignaturas aparcadas a lo largo de mi vida que no quisiera dejar en la cuneta eternamente.
Algunas, son inocentes pero inconfesables. Otras, se pueden contar. Por ejemplo, quiero aprender a tocar el piano porque es algo que me exigen por dentro mis tres años de solfeo.
Pero lo más importante no es el contenido de mi programa particular, sino la firme decisión de cumplirlo, y con cierta urgencia. Sé que no será fácil porque tendré que sacudirme la apatía, el desencanto, la pereza, el conformismo, el sedentarismo, la falta de exigencia...
Espero superar tantos obstáculos porque me gusta demasiado pensar que voy a ser capaz de modificar el presente.
¡Qué osadía!
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