Propósitos 2010

Me gusta la palabra propósitos, así, en plural, porque no solo significa futuro, sino también la voluntad de crearlo.
Y como este mes estrenamos calendario, no puedo evitar una miradita al horizonte: ¿qué me deparará este año?, ¿está en mis manos cambiar el rumbo de los acontecimientos? Por suerte, no todo es azar.
Prefiero pensar que un año nuevo nos ofrece una página en blanco para diseñar un capítulo de nuestra vida, y no podemos perder esta oportunidad. Naturalmente, es un ofrecimiento con truco porque estamos rodeados de circunstancias que nos limitan, pero hoy, olvidémoslo, me he propuesto soñar...
Algunos de mis sueños son "confesables" y serán "tangibles" . Por ejemplo, en febrero empiezo un curso para ponerme a punto en nuevas tecnologías. Noto que si no avanzo, pierdo el tren, y el precio del billete es muy caro. Pero sé que este año, el tren me espera...
Otro de mis objetivos soñados es perfeccionar mi inglés: hice lo más difícil, hablarlo, y he caído en lo más fácil, dejar que la lengua de Shakespeare se oxide en mis neuronas: I´m very sorry, William, te prometo que muy pronto, tus versos volverán a danzar en mi cerebro.
¿Y qué más? Quiero bailar con propiedad aquellos ritmos que siempre interpreté como un pato. Soy de la época del "tutuaaa", pero también del rock, del twist, del pasodoble de siempre y del chachachá. Quiero leer un libro cada mes. Quiero, quiero, quiero... Y así hasta casi 2010 propósitos. Porque aún me quedan los sueños inconfesables. Los que no se pueden contar porque son tan hermosos, tan frágiles, tan íntimos y tan inocentes que temo que al exteriorizarlos, se rompan. Sin embargo, son el motor de mi vida: deciden las metas, alimentan las ilusiones, producen energía... y me liberan de equipaje.
Todos tenemos estos sueños guardados en lo más profundo de nuestro corazón.
Y si alguien ha perdido sus sueños, por favor, que lo diga, trataremos de encontrarlos. Porque éste tiene que ser un año especial.