CAFÉS PENDIENTES

El pasado día 8, a las 12 de mediodía aproximadamente, en el Café Comercial, de Madrid, leí el siguiente aviso -escrito en una pizarra situada encima de las cafeteras-:

       Cafés pendientes        Bocadillos pendientes

       Consumidos 6.063        Consumidos 1.002
       Pendientes 1                 Por consumir --

Me parece elogiable la modesta institución de los cafés pendientes por su función directa y obvia, es decir, posibilitar consumiciones gratuitas. Pero también merece elogio esa fórmula por otras razones.

Los establecimientos que la mantienen dan la oportunidad de practicar la ayuda social a sus clientes dispuestos a pagar cafés y bocadillos "pendientes". Los propios establecimientos se dan ocasión a sí mismos de ejercer la responsabilidad social corporativa de modo integrado en su propia actividad. Y con ello nos indican que aceptan clientes "necesitados", los cuales no suelen ser del agrado de los establecimientos comerciales.

También veo elogiable el modo de ayuda de los cafés pendientes porque permiten las dádivas o donaciones de modo anónimo, libres de un grave efecto secundario. Veámoslo en un texto que guardo en mi archivo de citas: "Dar es manifestar superioridad, ser más, estar más alto, ser "magíster"; aceptar sin dar o sin dar más supone subordinarse, convertirse en cliente y servidor, hacerse pequeño, caer más bajo ("minister")" (Marcel Mauss, Sociologie et anthropologie, París, PUF, Quadrigue 1950, p. 269).

Termino reparando en los significados de los dos términos latinos que aparecen en el texto trascrito. En la actualidad, "magíster" se utiliza sobre todo para denotar un grado académico elevado, pero originalmente designaba a la persona que tenía poder o autoridad. En la actualidad, "minister" tiene su uso más destacado como raíz del nombre de un cargo de gran poder, "ministro", cuando en la antigua Roma significaba "sirviente".