Blog de Isabel García Olasolo. Plusesmas.com
¿Qué tal? Soy Isabel García Olasolo, directora editorial de Bayard durante muchos años. Ahora, jubilada y presidenta de la Fundación Bayard, me gustaría compartir desde este blog mis pensamientos, anécdotas y experiencias con vosotros, ¿Quedamos aquí? Os espero.
La casa por la ventana
lunes, 23 de febrero de 2015
No me ha tocado la lotería, ni he heredado, es que, hace poco, tuve que vaciar la casa de mi tía (antes, de mi bisabuela). Como ella está en una residencia, no la necesita, y no ha habido más remedio que optar por la venta de la vivienda para afrontar gastos.
El comprador tenía prisa por hacer algunos arreglos, y todo lo que había dentro tenía que desaparecer enseguida, como por arte de magia.
Pánico me daba el panorama no sólo por el trabajo que me esperaba sino también por razones sentimentales. Se trataba de desmantelar el pequeño paraíso donde yo había pasado las vacaciones de mi infancia con mis padres y rodeada de la bisabuela, la abuela, tías, primos, amigas..., y temía un ataque de nostalgia. En cada rincón había algo de mí y de mi familia. Demasiados recuerdos para contarlos, demasiado profundos para expresarlos de un plumazo...
Pero si los míos me parecían impresionantes, esa casa contenía la memoria y la esencia de los 94 años de mi tía: fotos, cartas, documentos, cuadros, ropa, perfumes, muebles..., caprichos... ¡Hasta varios benjamines de cava fresquitos como señal de vida en medio de la nada!
Y empezó la escabechina: quitar, tirar, romper, regalar..., sin piedad. Rescaté dos cajas llenas de recuerdos muy personales. Fue como salvar a una persona en peligro, o tal vez su dignidad. ¡Que poco ocupan casi cien años de peripecias! Estoy segura de que nadie, éramos varias sobrinas, sintió como yo ese expolio. No conocían la historia de cada objeto.
Cuando terminamos la "limpieza", dejé la pena a un lado para seguir por mi camino con una decisión que empecé a poner en práctica casi inmediatamente: "soltar lastre", aligerar mi casa. Y he empezado a deshacerme de todo lo que no sirve, ya sea material o afectivo. Por cierto, me he encontrado mucha morralla muy colocadita. ¡Cómo nos gusta amontonar!
¿Razones para tirar la casa por la ventana? Varias: no caer en una especie de síndrome de Diógenes o consentir un ambiente con pátina de museo rancio, evitar que mis queridos recuerdos acaben en una bolsa de basura, y que, llegado el momento, mis hijos no tengan que enfrentarse a una tarea tan complicada como desoladora.
Cada vez que libero un armario de trastos inútiles, tengo la sensación de quitarme un kilo de peso y un año de encima... ¡Y me siento rejuvenecer!
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Elides
Hola, me identifico mucho con esa limpieza, estoy que me mudo a ,mi nueva casa y he conseguido recuerdos y cosas de hace mas de 20 a#os, pero que difícil es desprenderse de todo, luego la sensación de liberación es única!. En circunstancias de salud o muerte es desolador enfrentarse a tantos recuerdos. Yo también me he prometido hacer esas limpiezas frecuentemente y ense#arle a mis hijos que podemos ser generosos y darle felicidad a otros ni#os con sus juguetes que ya no usan!20 abril 2015 04:11
MARYFER
Comparto tu sentir, es un "jaloneo sentimental" entre que lo guardo o lo regalo (o tiro) es espantoso, ya lo tuve que hacer con la casa de mi madre. y permanentemente en mi casa ando viendo que regalo, que tiro, para que el día que me vaya, los que se quedan, hagan limpia rápida y ligera!!!19 marzo 2015 03:01
Montse Consejo
Hola Isabel! gracias por tu comentario, me ha aliviado bastante, mi caso es que mis hijas han vuelto a casa porque no tienen trabajo y han traido sus cosas por lo que habia que hacer sitio. ¡No veas como han limpiado los trasteros!. Yo cerré los ojos y dije ¡estupendo!.17 marzo 2015 22:18
Lo que me duele es que ellas no puedan hacer su vida, al menos de momento.
Gracias
Montse
Pilar Rodriguez
Isabel; no sabes cómo me he identificado con lo que explicas. A mí me pasó lo mismo. Mi padre pasó los últimos meses en una residencia y tuve que vaciar su piso para alquilarlo y afrontar gastos. A sido una lección, lo pasé muy mal y ahora estoy "aligerando" mi casa, porque me dí cuenta que nada material tiene valor. Va todo al contenedor. Gracias por compartir esta experiencia. Un abrazo. Pilar25 febrero 2015 18:26
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