QUERIDOS RECUERDOS
¡Al rico corte helado!
Sin discusión alguna, el corte de helado, al parecer también conocido como «helado napolitano» o «cassata brick», según consta en nuestro consultorio básico, o sea, Wikipedia -que no añade el posterior calificativo de «sándwich»-, era el rey del surtido heladero de la época, por encima incluso del helado de cucurucho. Al menos esa es la impresión personal que tengo después de repasar cuál era realmente el más solicitado tanto en las escasas heladerías que había por aquel entonces -la época concreta ya que la ponga cada uno- como en los muchos carritos de helados que recorrían las calles de las ciudades, lo cual era una alivio en días calurosos de verano.
Lo que ya desconozco es la razón exacta de ese favoritismo, habida cuenta de que se trataba de una «receta» la mar de sencilla; es decir, un bloque de helado colocado entre dos simples galletas. Nada más. Y tampoco es que la variedad de sabores fuera para tirar cohetes: nata, nata y chocolate, vainilla, chocolate, vainilla y chocolate, nata y fresa..., y creo que poco más. Bueno, sí, miento, estaba la variedad de tres sabores, que sin duda era la preferida, y que solía incluir fresa, vainilla y chocolate, que desde luego no constaba en el entonces elemental catálogo de helados de cucurucho, ese que hoy día parece un listín telefónico.
Bien pensado, tal vez el hecho de que tanto los dos sabores como los tres fuesen en un solo bloque compacto, a diferencia de las bolas, que ofrecían y ofrecen sabores independientes, fuese razón suficiente para que el corte encabezara la lista de los elegidos, pero tampoco parece un argumento demasiado sólido. Fuera como fuese, la verdad es que nos encantaba saborear uno, sobre todo después de escuchar en la calle aquello de «¡al rico corte helado»!, que era como una irrenunciable invitación a refrescarnos el paladar.
Por todo ello, me resulta extraño comprobar como en la actualidad el corte prácticamente ha desaparecido de las heladerías y de los supermercados, por que resulta casi imposible comprar un bloque de helado y un paquete de galletas y, como hacíamos antes en fechas señaladas, preparar unos cortes en casa y degustarlos en familia. En realidad, como también me resulta sorprendente que ya casi no se encuentren carritos por la calle ni se oigan gritos callejeros invitándote a tomarte un helado.
José Molina
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