Aquellas preciosas canicas
Me encantaban las canicas, pero no solo por lo de jugar con ellas al "gua", que era para lo que básicamente estaban destinadas, sino porque me resultaban preciosas. En realidad, me parecía un milagro que pudieran hacerse aquellas bolas de cristal transparente rellenas de colores. Además, las había para todos los gustos: grandes, pequeñas, rojas, azules, amarillas, verdes... y con todas las combinaciones posibles de tonos, lo que las hacía más atractivas aún.
Sin duda, aquel efecto psicodélico que tenían cuando las mirabas producía un efecto mágico de seducción, que era difícil encontrar en cualquier otro juguete. Y luego, por supuesto, estaba lo de jugar al "gua", que tenía distintas variantes. Unas veces consistía simplemente en que cada jugador intentara acercar lo más posible su canica a la raya dibujada en el suelo, como a unos dos metros de distancia desde la que se lanzaba. En otras, se trababa de intentar meter la canica en el agujero que previamente se había hecho en el suelo, no sin antes tratar de golpear las canicas contrarias, lo que daba derecho a quedarse con ellas.
Y eso, debo reconocer, era un botín muy preciado, solo por el cual merecía la pena jugar al "gua". Así, los expertos en esta "disciplina deportiva", que habían desarrollado una gran puntería y precisión disparando "a dar" con sus canicas con el dedo pulgar o con el índice, podían incluso hacerse con un gran tesoro, o sea, un "incalculable" número de bolas en sus bolsillos, que era la envidia de los que jugaban con ellos.
Tal vez por ello, y ante la posibilidad de perder aquellas canicas que tanto me gustaban y que con tanto esfuerzo había comprado, decidí que nada de jugar al "gua". Al fin y al cabo, el objetivo último, que era tener la mayor cantidad posible de ellas, estaba cumplido guardándolas cuidadosamente en la caja de cartón que con celo escondía debajo de la cama.
[Ana San Román]
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TiendaDeCanicas.es
Magnífica manera de explicar lo que se siente al tener estos pequeños tesoros en las manos. Quizás por eso las canicas no han dejado de existir, y los niños de ahora siguen coleccionándolas.03 febrero 2015 16:17
La tecnología se alía con lo tradicional y ahora se pueden comprar por internet en nuestra tienda online.
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