Andrés do Barro y su canción

No, la vida no le sonrió demasiado a Andrés do Barro, aquel joven de Ferrol (A Coruña) que, un 3 de noviembre de 1969, se nos presentó casi sin avisar interpretando en gallego la pegadiza "O tren". Sí, aquella que muchos recordarán y que decía:

O tren que me leva pola beira do Miño,

me leva e me leva polo meu camiño.

O tren vai andando pasiño a pasiño

e vaime levando cara o meu destiño.

La canción fue un auténtico bombazo y, curiosamente, se convirtió en el primer tema cantado en gallego que entraba directamente al número uno de las listas de ventas de nuestro país. ¡Qué cosas, verdad!

A "O tren" seguirían otras, igualmente interpretadas en "galego", como "Corpiño xeitoso", "San Antón", "Pandeirada", "Meu amor" y tantas más, que también triunfaron de lo lindo, lo que colocó a Andrés do Barro en la cima de la música española de principios de los 70, que no era moco de pavo.

Su fulgurante y repentino éxito lo llevó incluso a interpretar una película, dirigida por Mariano Ozores, junto a Concha Velasco y Cassen. El filme se titulaba, cómo no, "La red de mi canción", y fue estrenado el 6 de diciembre de 1971.

La película, por desgracia, fue un rotundo fracaso, como también lo fue el álbum que grabó poco tiempo después, "Andrés do Barro" (1974), que en realidad fue el último de su breve pero intensa discografía, y en el que había canciones que nada tenían que ver con aquellas primeras con la que el joven e inquieto gallego nos había contagiado de pronto.

Todo aquello, sin duda, debió de marcar su vida, tanto artística como personal, porque lo cierto es que, apenas dos años después, le perdimos de vista para siempre. Muchos años de silencio. Desde luego, para alguien que prometía merendarse el mundo.

Pero así fue. Por circunstancias que aún no han quedado claras, el bueno de Andrés, al que la suerte no pareció sonreírle demasiado, desapareció de nuestras vidas, hasta que, un 22 de diciembre de 1989, nos sorprendió la noticias de su fallecimiento, en Madrid, a causa de una cirrosis. Aquel día, al parecer, decidió coger su último "tren", el que lo llevaba "pola beira do Miño, polo seu camino".