Joe Rígoli ya 'no sigue'

La semana pasada nos enteramos del fallecimiento de Jorge Alberto Rígoli, más conocido por su nombre artístico, Joe Rígoli, aquel cómico argentino que un buen día, a principios de los años 70, se coló en nuestros hogares y allí lo tuvimos residiendo a pensión completa durante un buen puñado de años.

Quizá algunos no se acuerden, pero su primera aparición en TVE fue en "Tarde para todos", un programa en directo que se emitía la tarde de los domingos y que duraba la friolera de seis horas. Conducido por diferentes presentadores, en él empezó el bueno de Joe Rígoli a dejarnos sus perlas cómicas y sus famosas muecas, que tanta gracia nos hacían entonces.

A este magacín televisivo le siguió "Señoras y señores", un programa muy popular de música y variedades que dirigía nada menos que Valerio Lazarov, aquel realizador de TV que se empeñó en provocarnos efectos psicodélicos con su famoso "zoom".

Pero, sin duda, el programa que realmente le dio gran popularidad a Joe Rígoli fue "Un, dos, tres... responda otra vez", del que enseguida se convirtió en uno de sus protagonistas clásicos, gracias a aquel personaje de "Felipito Takatún" al que daba vida, el que siempre cerraba su aparición con la coletilla de "yo sigo", que seguramente muchos aún recuerdan, y que no nos abandonó en mucho tiempo. Bueno, que si no nos abandonó, como que hasta grabó un disco con una canción titulada así, en la que es fácil suponer cuál era su constante estribillo.

El "yo sigo", por cierto, llegó incluso a ser censurado, porque un lumbreras de la época pensó que hacía referencia "subliminal" al estado de salud de Francisco Franco, que no acababa de decirnos adiós, aunque confirmado queda la única pretensión de Rígoli era recordarnos que, en el próximo programa, volvería a exhibir aquel peculiar estilo cómico suyo, que conectaba muy bien con los telespectadores españoles.

Tras su paso por el "Un, dos, tres...", dejó caerse por otros programas de éxito de TVE, como "Fantástico" y "Lápiz y papel", hasta que, a comienzos de los 80, puso rumbo de regreso a Argentina, donde pronto le perdimos la pista.

Según parece, la suerte no le acompañó el resto de su vida, y las noticias que nos han llegado tras su muerte no son demasiado confortables, pero, para que la tristeza no nos invada, quedémonos con sus divertidas muecas y con aquel "yo sigo" que una vez formó parte de nuestras vidas y que la semana pasada Jose Rígoli decidió dejar de pronunciar.