Por qué está aumentando la discapacidad en las mujeres mayores de 70 años

Por qué está aumentando la discapacidad en las mujeres mayores de 70 años

Los datos sobre la discapacidad en España son cada vez más alarmantes. Actualmente, más de un millón de personas con discapacidad en España viven solas, lo que supone el 24,5% del total, según un estudio publicado por Funcas. De ellas, 732.000 son mujeres y 327.000 hombres.

Según este estudio, que se realizó durante los años 2020 y 2023, uno de cada cinco hogares unipersonales vive una persona con discapacidad, es decir, en el 20,5% de los hogares españoles vive una persona con discapacidad.

La prevalencia de la discapacidad en mujeres mayores

Según el estudio de Funcas, la prevalencia de la discapacidad crece con la edad y afecta de manera desigual a hombres y mujeres. A partir de los 70 años, el 40,6% de las mujeres presenta algún tipo de discapacidad, comparado con el 28,4% de los hombres. Este fenómeno se explica, en parte, por la mayor longevidad femenina, que las expone a enfermedades crónicas y problemas de salud acumulativos.

Es relevante observar que las mujeres también tienden a vivir solas en mayor proporción: de las más de un millón de personas con discapacidad que viven solas en España, 732.000 son mujeres. Esta situación puede agravar su discapacidad debido a la falta de apoyo cotidiano.

Factores que impulsan el aumento de la discapacidad

El aumento de la discapacidad en mujeres mayores está ligado a varios factores clave:

1. Envejecimiento poblacional

El envejecimiento de la población española está en el centro del problema. Las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, lo que las expone a enfermedades relacionadas con la edad, como artrosis, osteoporosis y trastornos cardiovasculares.

2. Nivel educativo y acceso a recursos

El nivel educativo juega un papel importante en la calidad de vida. Entre las mujeres mayores de 16 años con discapacidad, el 29,2% tiene estudios primarios incompletos, y el analfabetismo alcanza el 8,3%, muy por encima del promedio nacional del 1,6%. Esta falta de formación limita su capacidad para acceder a información sobre cuidados preventivos y servicios de salud.

3. Desigualdad en prestaciones y empleo

Las mujeres con discapacidad también enfrentan desigualdades en prestaciones económicas y empleo. Solo el 17,2% de ellas recibe prestaciones, comparado con el 23,2% de los hombres. Además, tienen tasas de actividad laboral y empleo muy bajas, lo que afecta su capacidad de generar ingresos y asegurar su bienestar en la vejez.

4. Sobrecarga de los cuidadores

Las mujeres mayores suelen depender de cuidados familiares. El 29,5% de las mujeres con discapacidad que viven solas recibe cuidados, principalmente de sus hijas o hijos. Sin embargo, los cuidadores suelen enfrentar jornadas prolongadas que afectan su salud, lo que podría reducir la calidad del cuidado ofrecido.

El impacto de la soledad y la dependencia

La soledad es un factor crucial que exacerba la discapacidad. Las mujeres mayores que viven solas tienen más probabilidades de desarrollar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, que pueden agravar sus condiciones físicas. Además, la falta de apoyo inmediato las expone a riesgos como caídas o retrasos en la atención médica.

Problemas en los servicios de atención

A pesar de la creciente necesidad, los servicios sociales dirigidos a las mujeres mayores con discapacidad son limitados. Muchas dependen de prestaciones insuficientes y enfrentan barreras para acceder a programas de rehabilitación o atención domiciliaria. Además, los cuidadores principales, que suelen ser familiares cercanos, no reciben suficiente apoyo para manejar sus propias necesidades de salud y empleo. Esto crea un ciclo en el que la falta de apoyo afecta tanto a las personas con discapacidad como a quienes las cuidan.

Un aspecto importante es la falta de alternativas para quienes necesitan cuidados especializados. Los servicios profesionales, como los sociosanitarios, son insuficientes o demasiado costosos para muchas familias, lo que pone aún más presión en los cuidadores informales. Además, las mujeres mayores pueden enfrentar dificultades para adaptarse a cambios en su entorno, como mudarse a una residencia, lo que puede afectar su estabilidad emocional y física.

Cultura y roles de género 

Es importante también considerar el impacto de los roles de género en la situación de las mujeres mayores. Muchas de estas mujeres pasaron gran parte de su vida desempeñando labores de cuidado en el hogar, dejando de lado su salud y bienestar. Esta falta de autocuidado, sumada a las demandas físicas de las labores domésticas, puede haber contribuido a su deterioro físico con el paso del tiempo. Además, la falta de reconocimiento de estas labores en términos económicos también influye en la falta de recursos durante su vejez.

Medidas para sobrellevar mejor la discapacidad 

El aumento de la discapacidad en las mujeres mayores de 70 años es un problema multifacético que requiere una acción coordinada. Algunas medidas clave incluyen:

  1. Fomentar la educación y prevención: Campañas educativas sobre salud y cuidado preventivo pueden reducir el impacto de enfermedades crónicas. Además, es importante mejorar el acceso a programas de formación en tecnología para que las mujeres mayores puedan acceder a recursos en línea sobre su salud.
  2. Mejorar las prestaciones: Asegurar una distribución equitativa de las ayudas económicas para mujeres con discapacidad. Esto incluye revisar los criterios para el acceso a pensiones y ampliar el alcance de las ayudas por dependencia.
  3. Fortalecer los servicios sociales: Expandir los programas de atención domiciliaria y apoyo a cuidadores para aliviar su carga. También es crucial garantizar que los servicios sociosanitarios sean accesibles y asequibles para todas las familias.
  4. Promover la investigación: Estudios adicionales pueden ayudar a entender cómo factores como la soledad y el acceso desigual a recursos afectan la discapacidad. Estos estudios deberían incluir un enfoque específico en las diferencias de género.
  5. Fomentar la autonomía: Programas que promuevan la movilidad y la autonomía en mujeres mayores pueden ayudar a reducir los riesgos de caídas y mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, talleres de ejercicio adaptado y tecnología asistida pueden marcar una gran diferencia.

Abordar este problema es fundamental para garantizar una vida digna y saludable a las mujeres mayores. La solución pasa por la colaboración entre gobiernos, instituciones y la sociedad en general para construir un sistema más justo e inclusivo.

Bibliografía

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