Tras el alta hospitalaria... vuelta a casa
Tras un alta hospitalaria se producen situaciones imprevistas que pueden provocarnos momentos de inestabilidad, inquietud y estrés, tanto para la persona que precise atención como para su entorno cuidador. La incertidumbre ante un futuro en donde previsiblemente se necesiten adaptaciones por ambas partes pueden generar instantes de nerviosismo, tensión y agobio. Sobreponernos implica poner en marcha estrategias que nos aporten claridad y que nos haga avanzar de forma estable hacia la nueva realidad.
Existen dos actores principales: por un lado, la persona que tras el alta hospitalaria requerirá un proceso de cuidados. Esto puede ser irreversible o, por el contrario, que precise rehabilitación que desemboque en una mejoría. Sea cual sea el caso, partimos de un estado original que ha cambiado. El otro protagonista de esta realidad es el entorno cuidador, que se enfrenta a cambios en su vida, en sus rutinas, cambios de mobiliario en su domicilio y aquellas adecuaciones que se requieran para el proceso de mejora. Todas estas circunstancias puede ir a parar inevitablemente en situaciones de estrés o incluso conflicto familiar.
Ambas partes tienen que comenzar un proceso de aceptación que implica reconocer el momento sobrevenido como algo natural y que forma parte de nuestra vida. Entraña un camino de tolerancia y respeto. No podemos luchar contra aquello que no podemos cambiar. Pero aceptar no significa conformarse o no valorar un plan de acción para adaptarnos a la nueva situación.
Este plan de acción tiene que estudiar los distintos ámbitos de la vida diaria; higiene, atención sanitaria, movilidad, etc. para aportar soluciones viables tanto para la persona que requiere atención como para el entorno cuidador. Existen muchos profesionales que nos pueden ayudar a encontrar las mejores soluciones, como pueden ser los equipos de profesionales de los servicios sociales generales o de atención sanitaria.
La adaptabilidad juega un papel importante en todo este proceso, en función de esta facultad seremos capaces de reaccionar de una forma u otra ante imprevistos.
La inseguridad, miedo y desconfianza son emociones habituales en estas circunstancias tanto para la persona que es dada de alta como para el entorno cuidador. Es importante aclarar con el equipo médico que proporciona el alta médica todas las dudas que surjan ante el plan de cuidados. Conocer la dieta que se debe seguir, las pautas de medicación, en caso de necesitar curas conocer cómo realizarlas (siempre con la autorización de los profesionales), en caso de requerir equipos médicos (sondas, equipos de oxígeno...) conocer su funcionamiento. Todo esto nos ayuda a combatir la inseguridad de enfrentarnos a los cuidados o a ser cuidado. Esta coyuntura debe mejorar paulatinamente y apoyarse en un proceso de confianza mutua al que se llega con comunicación entre las partes.
Una buena comunicación es la clave para fomentar el entendimiento de las necesidades que aparezcan. Fluidez, sinceridad y empatía son factores esenciales para que se produzca un buen dialogo y la semilla de la confianza.
Es conveniente establecer un sistema de límites beneficioso para todas las personas, para evitar las excesivas demandas, autoexigencia o una sobreprotección desmedida.
Es habitual en las personas mayores que tras un ingreso inesperado (síndrome post-caída) se produzca perdida de confianza en sus capacidades; esta circunstancia emocional requiere de la misma atención que el resto del proceso de recuperación. Por ello es necesario fomentar la independencia que aportará dosis de confianza a la persona.
El entorno cuidador no debe de olvidarse de poner en marcha estrategias de autocuidado, identificar sentimientos negativos cuando se produzcan para poner canalizarlos y pedir ayuda cuando sea necesario.
Ante situaciones imprevistas es natural mostrar sentimientos de miedo y ansiedad. En estos casos es importante elegir el prisma con el que miramos, dotarnos de estrategias para avanzar y pedir ayuda a los profesionales que tenemos a nuestra disposición.
Cristina Valero Ruiz
Trabajadora social
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