Cómo tratar el dolor: unidades de dolor y otros recursos de apoyo al enfermo terminal y su entorno cuidador o familiar

Cómo tratar el dolor: unidades de dolor y otros recursos de apoyo al enfermo terminal y su entorno cuidador o familiar

El dolor crónico es un problema de salud en todos los países desarrollados.

Mientras que el reconocimiento de la causa y tratamiento del dolor han sido objeto de la medicina desde sus ma?s remotos ori?genes, no ha sido hasta principios de la de?cada de los años 50 cuando un anestesiólogo, John Bonica, alerto? sobre el tratamiento insuficiente del dolor y propuso la creación de Unidades Clínicas especificas para el tratamiento del dolor (Seatle 1960).

Desde entonces se ha producido un gran desarrollo de la investigacio?n ba?sica y cli?nica centrada en el dolor. Los profesionales de atencio?n primaria son los que con mayor frecuencia tratan pacientes con dolor cro?nico, requiriendo por su complejidad o especificidad el concurso de otras especialidades y a?reas de conocimiento como las de anestesiologi?a, cuidados paliativos, fisioterapia, medicina interna, neurologi?a, neurocirugi?a, oncologi?a, psicologi?a, psiquiatri?a, rehabilitacio?n, reumatologi?a y traumatologi?a.

La primera unidad del dolor diferenciada en Espan?a se puso en marcha en 1966 dentro del servicio de anestesiologi?a y reanimacio?n de la Cli?nica de la Concepcio?n, Fundacio?n Jime?nez Di?az de Madrid. En Catalun?a, la primera unidad para la atencio?n al paciente con dolor se instauro? en 1976 en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. En 1982 se establecio? en el Hospital 12 de octubre de Madrid una unidad piloto para el estudio y tratamiento del dolor. En los u?ltimos an?os, la unidad del dolor se ha configurado con el propo?sito de realizar la valoracio?n y tratamiento de diferentes tipos de dolor cro?nico. La mayor parte de unidades han surgido y se mantienen vinculadas a servicios hospitalarios de anestesiologi?a y reanimacio?n y, en ocasiones, relacionadas con cuidados paliativos.

La Asociacio?n Internacional para el Estudio del Dolor (International Association for the Study of Pain -IASP-) define el dolor como «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a dan?o tisular real o potencial o descrito en te?rminos de tal dan?o». Se distinguen dos tipos ba?sicos de dolor, agudo y cro?nico, entre los que existen importantes diferencias. Mientras que el primero es predominantemente un si?ntoma o manifestacio?n de lesio?n tisular, el dolor cro?nico se considera como una enfermedad en sí mismo. El dolor cro?nico persiste durante un peri?odo de tiempo superior a los tres meses y, con frecuencia, es de difi?cil tratamiento; puede causar problemas importantes al paciente; y tiene repercusiones negativas sobre su calidad de vida.

El dolor es uno de los si?ntomas ma?s frecuentes en los pacientes en fase final de la vida. Puede afectar hasta al 96 % de los pacientes con ca?ncer. Los pacientes pueden presentar dolor debido a su enfermedad (infiltracio?n tumoral, lesiones nerviosas); como consecuencia de algunos tratamientos (cirugi?a, quimioterapia, te?cnicas diagno?sticas), o relacionados con su situacio?n de inmovilidad y debilidad general (dolores o?seos, u?lceras, herpes zo?ster, etc.). No hay que olvidar otras posibles causas de dolor no directamente relacionadas con la enfermedad del paciente (artrosis, etc.). El dolor en los pacientes en cuidados paliativos representa algo ma?s que una sensacio?n nociceptiva e incluye aspectos que tienen que ver con la condicio?n humana, como la personalidad, la afectividad y las emociones, y las relaciones psicosociales. La naturaleza multidimensional del dolor en cuidados paliativos requiere un modelo de intervencio?n multifactorial que comprenda medidas farmacolo?gicas, psicoterape?uticas y rehabilitadoras, entre otras. Los aspectos psi?quicos y fi?sicos de dolor esta?n i?ntimamente relacionados. Los tratamientos psicosociales orientados a resolver variables de la esfera psicolo?gica mejoran el dolor, mientras que los tratamientos dirigidos a la nocicepcio?n tienen efectos psicolo?gicos beneficiosos. Algunos autores han propuesto el concepto de dolor total para referirse a la suma de la sensacio?n nociceptiva junto a los aspectos psicolo?gicos, sociales y espirituales de cada persona.

Desde el punto de vista clínico, el tratamiento del dolor en el paciente en la fase final de la vida debe contemplar el proporcionar la máxima calidad de vida al paciente y su entorno familiar, y hoy por hoy el tratamiento farmacológico, especialmente con opioides potentes, sigue constituyendo la base fundamental del mismo. Sin embargo, la posibilidad de ineficacia o efectos secundarios significativos de los mismos ha hecho aflorar las ventajas de técnicas intervencionistas de bloqueo o neuromodulacion de las señales dolorosas mediante radiofrecuencia, estimulación eléctrica o ablacción mediante alcohol o fenol. Estas técnicas son realizadas específicamente por especialistas de las Unidades del Dolor. Este ultimo aspecto ha hecho surgir la idea de la necesidad de una especialización especifica en esta área independientemente de la especialidad de origen (anestesiología, rehabilitación, radiología, etc...).

Sin lugar a dudas las Unidades del Dolor son cada día mas necesarias y su estructuración es una asignatura pendiente de la mayoría de los sistemas Sanitarios a nivel Mundial.

Dr. Pajuelo
Especialista en tratamiento del dolor y miembro de Top Doctors
https://www.topdoctors.es/doctor/antonio-pajuelo-gallego 

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