Programas de respiro familiar

Este enfoque potencialmente opuesto al tradicional pone de manifiesto que la atención y mejora de la calidad de vida de la persona dependiente no puede estar separada de la atención a sus familiares o persona cuidadora. Va dirigido a mejorar la calidad de vida de familiares cuidadores, reduciendo el posible desgaste emocional y físico que puede suponer la dedicación al cuidado de la persona dependiente o con discapacidad intelectual.

Va dirigido a mejorar la calidad de vida de familiares cuidadores, reduciendo el posible desgaste emocional y físico que puede suponer la dedicación al cuidado de la persona dependiente o con discapacidad intelectual.

El cuidador  tiende a preocuparse de la persona a su cargo y suele descuidar su vida, poniéndola en un segundo plano. Se trata de una situación normal que puede llegar a desembocar en problemas graves si no se ponen límites, si no se pide ayuda a otras personas o instituciones o si se descuida la propia salud. El cuidador debe sentirse bien para poder transmitir esa sensación a la persona cuidada.

Cada familia es única y en base a eso hay que tener en cuenta que sus necesidades son individuales, por lo que tienen que estar tratadas como tal. Las familias requieren de una respuesta que se adapte a sus necesidades. Hay que considerar que estos servicios tienen que ser flexibles y no se pueden limitar, única y exclusivamente, a la realización de estancias programadas cuyas fechas de celebración, en muchos de los casos, no lo deciden las familias, sino la entidad que las oferta, y cuya organización no se realiza en respuesta a una necesidad individual sino grupal, que no se adapta a sus necesidades concretas. Las familias quieren acceder a un servicio de "respiro" que tenga un carácter permanente, al que puedan dirigirse cuando lo necesiten, sin tener que esperar y del que obtengan una respuesta inmediata.

Un respiro familiar es un apoyo que se realiza de manera temporal a las personas con cualquier tipo de dependencia. El objetivo de ofrecer este servicio es favorecer la conciliación familiar y socio-laboral de los familiares y cuidadores que conviven cada día con las personas con dependencia.

Las funciones del servicio difieren de otros recursos establecidos como, por ejemplo, el servicio de ayuda a domicilio, ya que las funciones básicas del programa de respiro familiar tratan de la vigilancia, acompañamiento o atención personal básica relacionada con la ausencia de la persona cuidadora.

• Acompañamiento a la persona (conversación, lectura, manualidades... o vigilancia si no son posibles las anteriores).
• Apoyo a la movilización dentro del hogar.
• Apoyo a la higiene y cuidado personal que se produzcan mientras se realiza el respiro.
• Apoyo en la comida si es necesario (calentar la comida ya hecha, ayudar a la ingesta).

El servicio como norma general se establece como una concesión de bolsa de horas anuales a las familias cuidadoras en el fin de semana con modalidades diferentes a fin de conciliar el ocio y disfrute del resto de los familiares. En la mayoría de los casos el servicio de respiro familiar se establece en tres modalidades diferentes:

1. Respiro mensual: de 36 a 48 horas anuales que se utilizarán 1 vez al mes, en bloques de 3 o 4 horas.
2. Respiro quincenal: de 72 a 96 horas anuales, que se utilizarán 1 vez cada quince días, en bloques de 3 o 4 horas.
3. Respiro puntual-extraordinario: máximo 16 horas anuales, con una duración máxima de 8 horas, en este caso, cualquier día de la semana. Para la asistencia a acontecimientos sociales o familiares. Esta modalidad es compatible con la mensual o con la quincenal.

La valoración del servicio se realizara por su trabajador social de referencia, que es la persona profesional que conoce sus necesidades como cuidador de persona dependiente o con discapacidad intelectual y que posiblemente le puede asesorar en otros aspectos relacionados con su situación.

Las solicitudes se presentan en registro del ayuntamiento correspondiente.

Pero aunque esta es la modalidad más extendida de respiro familiar, cada ayuntamiento, comunidad autónoma o diputación tiene su propio programa, por lo que lo más interesante es dirigirse siempre a su centro de referencia de servicios sociales y pedir el asesoramiento de los profesionales al cargo.

Otra modalidad supondrán las estancias por días. Así se puede hablar de estancias cortas (hasta 3 días de cuidados), estancias medias (de 4 a 7 días de cuidados) y estancias largas (en determinadas regiones estas estancias largas están limitadas a 15 días).

 En estas estancias la atención que se requiere podrá ser recibida en el domicilio habitual de la persona mayor y podrá consistir en ayuda para las actividades básicas de la vida diaria (alimentación, aseo,...) y actividades de "acompañamiento", actividades lúdicas de interés y conveniencia para el usuario. Otras veces el cuidado requerirá de vigilancia fuera de su domicilio y será trasladado a centros especializados. Determinados ayuntamientos ofrecen este servicio destinado a los fines de semana.

Cabe señalar también otros criterios de clasificación: estancias en residencia y estancias en recursos comunitarios.

Los distintos programas ofrecen una atención integral que aborda todos los aspectos relacionados con el cuidado de las personas dependientes y de ahí surgen programas como "respiro familiar" o "cuidar a cuidador". "Respiro familiar de fin de semana", convirtiéndose en una ayuda fundamental para que quienes cuidan de una persona dependiente puedan aliviar la fatiga del día a día y disponer de un merecido tiempo de descanso, teniendo la certeza de que la persona a su cargo está perfectamente atendida.

Rosa Navarrete
Trabajadora social