¿Cómo se ponen los apellidos en otros países?

La riqueza cultural detrás de los apellidos

Los apellidos, en cualquier parte del mundo, son un legado cultural que nos cuenta historias de linajes, territorios, profesiones y creencias. En diferentes partes del mundo, los apellidos varían en su forma, significado y orden, reflejando tradiciones que han evolucionado durante siglos. Desde los apellidos dobles característicos de España, hasta sistemas más fluidos en países africanos, el modo en que las personas adquieren y usan sus apellidos nos muestra una gran diversidad cultural del mundo. Descubre cómo se ponen los apellidos en España, América Latina, América del Norte, Europa, Asia y África.

Los dos apellidos en España

En España, los apellidos siguen un sistema único y reconocido mundialmente: cada persona tiene dos apellidos, generalmente el primero del padre seguido por el primero de la madre. Por ejemplo, un niño cuyos padres se llaman Juan Pérez García y Ana López Martínez, recibiría los apellidos Pérez López. Este orden puede ser modificado legalmente si los progenitores acuerdan invertir el orden.

El origen de los apellidos en España remonta a la Edad Media, cuando era común que se utilizara el lugar de procedencia (Navarro), la profesión (Zapatero), o rasgos físicos (Blanco) como identificadores. Hoy, este sistema refuerza el vínculo con ambas ramas familiares y es una tradición que se ha transmitido a varios países de América Latina.

América Latina usa la herencia hispánica con adaptaciones locales

En América Latina, la estructura de los apellidos es casi idéntica a la de España, manteniendo los dos apellidos que reflejan las líneas paterna y materna. Sin embargo, en algunos países de la región, como México o Argentina, es más común usar solo el primer apellido en la vida cotidiana, mientras que los documentos oficiales registran ambos.

Además, debido al mestizaje histórico y la influencia indígena y africana, muchos apellidos en América Latina tienen raíces que van más allá del español. Por ejemplo, apellidos como Chávez y Huarte muestran una mezcla de herencias, mientras que algunos apellidos indígenas, como Quispe (en Perú y Bolivia), han sido integrados al sistema españolizado.

América del Norte tiene más diversidad y pragmatismo en los apellidos

En América del Norte, la tradición de los apellidos sigue un patrón más simple y pragmático. En Estados Unidos y Canadá, generalmente se utiliza un solo apellido, que suele ser el del padre, aunque cada vez es más común encontrar familias que eligen un apellido compuesto o incluso que combinan los apellidos de ambos progenitores.

En este continente, la inmigración ha desempeñado un papel fundamental en la diversidad de apellidos. Los anglosajones predominan con apellidos como Smith o Johnson, pero también hay una amplia representación de apellidos italianos (Rossi), irlandeses (O'Connor), y latinos (García o Hernández). En Canadá, la influencia francófona aporta apellidos como Tremblay y Bouchard, reflejo de su herencia mixta.

Europa tiene una amplia variedad de sistemas para poner apellidos

Europa es un mosaico de tradiciones en lo que se refiere a los apellidos. Aunque países como España e Italia tienen sistemas similares basados en apellidos dobles, otros, como Alemania o el Reino Unido, suelen usar un solo apellido. En Rusia y los países eslavos, los apellidos incluyen sufijos que indican género: por ejemplo, el apellido de un hombre podría ser Ivanov, mientras que su hija llevaría el apellido Ivanova.

En los países nórdicos, los apellidos solían derivarse del nombre del padre con el sufijo -son o -dotter, como en Andersson (hijo de Anders) o Johansdotter (hija de Johan). Aunque este sistema ha sido reemplazado por apellidos más fijos, aún refleja una conexión histórica con los linajes familiares.

Asia baila entre linajes milenarios y flexibilidad

Los apellidos en Asia tienen una importancia histórica profunda, y sus sistemas varían ampliamente entre culturas.

• China: Los apellidos chinos, como Li, Wang o Zhang, son uno de los sistemas más antiguos del mundo, con raíces que datan de miles de años. En China, el apellido se coloca antes del nombre de pila, reflejando la importancia del linaje familiar sobre la identidad individual.
• Japón: Similar a China, los apellidos preceden a los nombres. Los apellidos japoneses suelen tener significados relacionados con la naturaleza o lugares geográficos, como Yamada (campo de montaña) o Kobayashi (pequeño bosque).
• India: En la India, los apellidos varían enormemente según la región, religión y casta. En el norte, los apellidos como Gupta o Sharma están asociados a profesiones o castas específicas, mientras que en el sur, muchas personas usan el nombre del padre como apellido.

En África llevan apellidos vinculados a historias y clanes

En África, los sistemas de apellidos reflejan la riqueza de las culturas y tradiciones del continente. En muchos países, los apellidos están vinculados a clanes, linajes o incluso eventos históricos.

Por ejemplo, en países como Nigeria, los apellidos suelen tener significados profundos: Adebayo significa "el rey trae alegría", mientras que Okonkwo simboliza "la fortaleza del guerrero". En Sudáfrica, los apellidos pueden reflejar la tribu de origen, como los apellidos zulúes Dlamini o Zulu.

Además, en algunas culturas africanas, no existen apellidos heredados en el sentido occidental. En cambio, los nombres son únicos y pueden incluir referencias a las circunstancias del nacimiento, como el día de la semana o eventos familiares.

Un legado global de identidad y pertenencia

El modo en que se asignan los apellidos en diferentes partes del mundo es un testimonio de la diversidad y riqueza cultural de la humanidad. Desde los sistemas rígidos y estructurados hasta los más flexibles y personalizados, los apellidos no solo nos conectan con nuestras raíces, sino que también cuentan historias de migración, mestizaje y cambio social.

Los apellidos en otros países son un fascinante recordatorio de cómo nuestras identidades individuales están entrelazadas con la historia colectiva de nuestras comunidades. Conocer estas tradiciones nos ayuda a valorar aún más la pluralidad de nuestro mundo.