Vista desde las laderas del Tajo. Ronda

Vista desde las laderas del Tajo. Ronda

Desde las laderas del Tajo de Ronda, la ciudad parece suspendida en el aire, aferrándose a la roca en un equilibrio casi imposible. En esta fotografía antigua, se puede apreciar la grandiosidad del paisaje, donde los acantilados esculpidos por el río Guadalevín han sido testigos de siglos de historia.

Las laderas del Tajo no solo han servido como una defensa natural para la ciudad, sino que también han sido utilizadas para la construcción de molinos, caminos y pasadizos que conectaban el fondo del desfiladero con la parte alta de Ronda. Durante la época musulmana, estos terrenos escarpados fueron aprovechados para el cultivo en terrazas, gracias a sistemas de riego sofisticados que permitían aprovechar el agua del río.

El imponente Puente Nuevo, visible en la imagen, se alza sobre el desfiladero como una obra maestra de la ingeniería del siglo XVIII, uniendo ambos lados de la ciudad y permitiendo su expansión. Hoy en día, las laderas del Tajo siguen siendo un espectáculo natural y un atractivo turístico, ofreciendo impresionantes vistas de Ronda y recordando la estrecha relación entre la ciudad y su agreste entorno natural.

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