Retrasar la edad de jubilación eleva el riesgo de morir antes de los 70

Retrasar la edad de jubilación eleva el riesgo de morir antes de los 70

Un estudio realizado en España revela que retrasar la edad de jubilación puede aumentar significativamente el riesgo de morir antes de los 70 años. Esto subraya la importancia de considerar la salud y el bienestar de los trabajadores mayores en las decisiones de política laboral y de seguridad social.

Un reciente estudio realizado en España ha revelado que retrasar la edad de jubilación puede aumentar significativamente el riesgo de morir antes de los 70 años. Este hallazgo, que ha generado un intenso debate, resalta la importancia de considerar la salud y el bienestar de los trabajadores mayores en las decisiones de política laboral y de seguridad social.

El contexto del envejecimiento y las políticas públicas

El envejecimiento de la población es uno de los grandes desafíos económicos a los que se enfrentan las economías desarrolladas. Una de las soluciones propuestas para abordar este problema es retrasar la edad de jubilación, logrando así ampliar el tiempo de cotización de los trabajadores y reducir el período de cobro de la pensión. Sin embargo, nuevas evidencias científicas, muestran que prolongar la edad laboral podría tener efectos adversos sobre la salud de los trabajadores.

Metodología del estudio

El estudio, publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), se basó en datos del panel administrativo de la Seguridad Social. Los investigadores analizaron las trayectorias laborales de trabajadores que empezaron a cotizar justo antes y después de la reforma de la Ley General de la Seguridad Social de 1967. Esta ley permitía la jubilación anticipada a los 60 años para quienes hubieran cotizado antes del 1 de enero de 1967, mientras que, para el resto, la jubilación ordinaria se establecía a los 65 años.

Hallazgos clave

Los investigadores encontraron que retrasar un año la edad de jubilación aumenta en cinco puntos porcentuales el riesgo de fallecimiento entre los 60 y los 69 años, lo que implica un aumento del 50% en el riesgo de mortalidad. Esta cifra subraya un efecto significativo sobre la esperanza de vida de los trabajadores. Además, el estudio mostró que ciertos grupos de trabajadores están particularmente afectados por esta política.

Factores de riesgo

El estudio identificó cuatro características del puesto de trabajo que incrementan significativamente los niveles de mortalidad:

  • 1. Profesiones de riesgo: En trabajos con alta siniestralidad, el riesgo de fallecimiento se incrementa en 6.7 puntos porcentuales.
  • 2. Esfuerzo físico: En actividades manuales, el riesgo de mortalidad aumenta en 6.6 puntos porcentuales debido al deterioro físico.
  • 3. Estrés laboral: Profesiones con elevada carga de estrés muestran un incremento del riesgo de muerte en 5.3 puntos porcentuales.
  • 4. Baja satisfacción profesional: Trabajos con bajos niveles de satisfacción profesional presentan un aumento del riesgo de fallecimiento en 6.4 puntos porcentuales.

Calidad de vida y salud

El estudio también subraya que la calidad de vida y la salud mental son factores cruciales en la longevidad de los trabajadores. Aquellos que trabajan más allá de los 65 años tienden a experimentar mayores niveles de estrés y menor tiempo para actividades recreativas, lo que puede tener un impacto negativo en su salud física y mental.

Implicaciones para las políticas públicas

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para las políticas públicas. Retrasar la edad de jubilación puede parecer una solución viable para los desafíos financieros del sistema de pensiones, pero es esencial considerar los costos humanos. Las políticas de jubilación deben equilibrar la sostenibilidad financiera con la salud y el bienestar de los trabajadores. Los gobiernos deben explorar alternativas como promover la jubilación parcial, ofrecer programas de transición gradual al retiro y mejorar las condiciones laborales para los trabajadores mayores.

Desmitificando la jubilación tardía

Existe una creencia común de que trabajar más años se traduce en una vida más larga. Sin embargo, este estudio demuestra que esta percepción puede estar distorsionada por el efecto de composición. Aquellos que optan por prolongar su vida laboral suelen ser personas con ingresos altos y trabajos menos exigentes físicamente, lo que naturalmente les otorga una mayor esperanza de vida. El análisis de Fedea proporciona una visión más precisa, al corregir las estadísticas y comparar individuos con similares características laborales.

Adaptaciones para la legislación actual

Aunque este estudio se basa en una legislación de hace más de 50 años, sus conclusiones siguen siendo relevantes. Los autores sugieren que es crucial reconocer estos efectos secundarios al diseñar políticas públicas contemporáneas. Una recomendación clave es la introducción de la jubilación parcial como una medida efectiva para reducir el impacto negativo de retrasar la edad de jubilación.

Beneficios de la jubilación parcial

El estudio muestra que los trabajadores que pudieron acogerse a la jubilación parcial, disminuyendo su carga laboral, vieron incrementada su tasa de mortalidad en solo 1.6 puntos porcentuales, en comparación con un aumento de 8.9 puntos porcentuales para aquellos que no tuvieron esta opción. Este hallazgo sugiere que la jubilación parcial podría ser una solución viable para mantener a los trabajadores activos sin comprometer su salud.

Consideraciones políticas y sociales

Implementar políticas de jubilación flexible puede ser complejo desde el punto de vista teórico y generar controversia en la práctica. Diferenciar derechos y obligaciones entre profesiones podría ser políticamente sensible, pero es necesario para mitigar los efectos negativos sobre la salud de los trabajadores.

El estudio realizado en España proporciona una visión crítica sobre las implicaciones de retrasar la edad de jubilación. Es fundamental que los responsables de estas políticas consideren estos resultados al diseñar sistemas de jubilación que equilibren la sostenibilidad financiera con el bienestar de los trabajadores. La jubilación debe ser una etapa para disfrutar de la vida y la salud, y no una prolongación del estrés y el agotamiento laboral. Esta evidencia también resalta la necesidad de adoptar políticas públicas que permitan la jubilación parcial y la reducción gradual del tiempo de trabajo para los trabajadores mayores, mitigando así los efectos negativos sobre su salud y mejorando su calidad de vida en la etapa final de sus carreras laborales.

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