Nueva identidad tras la jubilación: redescúbrete

Se acabó fingir. No hace falta ya ser el más inteligente, el más hábil, el más cauto... Después de tantos años plantando cara a la vida, intentando resultar imprescindible en el trabajo, pendientes de lo que los demás pensarán de nosotros, pretendiendo ser como no somos...¡la jubilación nos libera!

¿Pero quienes somos en realidad? ¿Qué mantenemos de aquel carácter de la juventud? ¿Nos reconocemos sin artificios? Todo el mundo cambia con los años y ha llegado el momento de quitarse el disfraz, descubrir que hay dentro de cada uno y encontrar un rol coherente para una larga etapa de nuestra vida.

Algunos expertos señalan que para la mujer es más sencillo encontrar su papel. Cuando deja trabajar fuera del hogar, asume el segundo rol que siempre ha tenido: el de ama de casa. Para el hombre puede ser más complicado, pero no imposible. Se trata solo de buscar un papel social que satisfaga personalmente y, en muchos casos, que contribuya a la sociedad, con el fin de que la aportación sea también valorada por el entorno.

En cualquier caso, la vida laboral nunca más será el centro de la vida; la actividad quedará íntimamente relacionada con el ocio, y, por fin, no tendrás nada que demostrar. ¡Ya lo has hecho! A partir de ahora se tu mismo y busca tu espacio.