¿Cuáles son los mejores planes de ahorro de cara a la jubilación?
Desde luego, la mejor manera de disponer de recursos suficientes cuando llegue el momento de la jubilación es empezar cuanto antes con un plan de ahorro continuado y sistemático. Hoy día, además, existe una gran variedad de productos que permiten ahorrar adaptándose a las necesidades y la disponibilidad económica de quienes los contratan.
Para que puedas hacerte una idea de cómo son esos planes de ahorro, aquí tienes, de manera sistemática, algunos de ellos.
Seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP)
Puedo ir ahorrando poco a poco con la ventaja fiscal de que la rentabilidad queda exenta de pagar impuestos si lo mantengo durante más de cinco años. Puedo cobrarlo en forma de capital. Me garantiza que a la finalización del mismo al menos recuperaré el 85% del dinero que he invertido, aunque hay modalidades que me pueden garantizar más. Podré disponer del dinero antes de los cinco años, pero en ese caso perderé la ventaja fiscal asociada al mismo.
Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS)
Puedo ir ahorrando poco a poco con la ventaja fiscal de que la rentabilidad queda exenta de pagar impuestos si lo mantengo durante más de cinco años y lo percibo en forma de renta vitalicia. Hay dos modalidades: garantizada (100% garantía a la finalización) o Unit Linked (sin garantía, seguros en los que yo asumo todo el riesgo de la inversión). Podré disponer del dinero antes de los cinco años, pero en ese caso perderé la ventaja fiscal asociada al mismo.
Rentas vitalicias y temporales
Las rentas son un producto en el que yo invierto un capital e inmediatamente (rentas inmediatas) o al cabo de un tiempo (rentas diferidas) comienzo a cobrar una renta periódica, generalmente mensual, que puede ser temporal (la cobraré solo durante unos años) o vitalicia (la cobraré hasta que fallezca). Las rentas vitalicias son un instrumento idóneo para que yo pueda complementar mi pensión pública de jubilación y constituyen la mejor manera de incrementar mis ingresos toda mi vida, viva lo que viva, sin renunciar a mi ahorro. Que una renta sea vitalicia quiere decir que, en caso de contratarla, la cobraré mes a mes durante toda mi vida. Da igual lo que viva, seguiré percibiendo la renta hasta que fallezca yo (o mi cónyuge o pareja si se trata de una renta con reversión). En cambio, una renta financiera es un producto en el que yo tengo acumulado un ahorro y lo voy percibiendo poco a poco pero, cuando dicho ahorro se acaba, se termina la renta, aunque yo viva más tiempo. Es decir, me puedo quedar sin dinero en el momento que más lo necesito. Esto no me puede pasar con la renta vitalicia.
Planes de pensiones individuales
Me ahorraré impuestos cuando haga aportaciones al mismo, pero no podré disponer del dinero hasta que no me jubile (salvo que me quede en paro de larga duración o tenga alguna enfermedad grave). Son productos que invierten en distintos tipos de activos, en los que yo asumo todo el riesgo de la inversión y, por lo tanto, puedo llegar a perder todo o parte del capital invertido; si bien las expectativas de rentabilidad también pueden ser mayores que las de otros productos garantizados.
UNESPA
(Asociación Empresarial del Seguro)
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Felipe Barrio
Me interesa curso de Ingles ,mi inglés es bajo.07 octubre 2019 09:35
A la espera de sus noticias, les saludo atentamente.
Estoy jubilado. Gracias
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