La famosa hucha de las pensiones: ¿qué es?

El sistema público de pensiones no parece que esté en peligro, pero no ocurre lo mismo con la llamada hucha de las pensiones. En cada reforma de las pensiones, los jubilados y los trabajadores que están a punto de jubilarse se enfrentan a rumores apocalípticos y a medidas contundentes como retrasar cada vez más la edad de jubilación destinadas a preservar el sistema de pensiones. Mientras tanto, la hucha baja cada año y es hora de explicar por qué resulta tan preocupante.

Para qué sirve la hucha de las pensiones

Podemos explicar en líneas generales cómo funciona el sistema público de pensiones. Para que la Seguridad Social pueda pagar las pensiones de los jubilados tiene que tener ingresos de la población en activo. En efecto, son las cotizaciones de los trabajadores las que pagan las pensiones de los jubilados tal y como antes hicieron las generaciones precedentes. Se trata así de un sistema de una especie de solidaridad intergeneracional que peligra cuando hay más jubilados que trabajadores en activo.

Los ingresos se enfrentan a los gastos y cuando hay más ingresos que gastos, se produce un superávit. Mientras que si los gastos superan a los ingresos, tenemos una situación de déficit. Y precisamente para compensar esa situación de déficit se creó en el año 2000 la hucha de las pensiones. Así es como se la conoce popularmente, porque en realidad estamos hablando del Fondo de Reserva de la Seguridad Social y sirve para que los jubilados puedan cobrar su pensión independientemente de la coyuntura económica del país.

¿Y cuánto nos queda en esa particular hucha a los jubilados? Las cifras actuales asustan y es evidente que nos estamos quedando sin ahorros. Este Fondo de Reserva de la Seguridad Social contaba con 66 815 millones de euros en el año 2011. A partir de esa fecha, debido sobre todo a factores demográficos, la hucha ha ido bajando hasta los 2138 millones de euros del año 2021. ¿Cómo se traduce esta bajada de los ahorros para las pensiones?

Pues vemos la traducción en la insistencia tanto a los trabajadores en activo como a los jubilados en hacerse con planes de pensiones privados o diversos productos bancarios de ahorro de cara a la jubilación. Porque es cierto que las pensiones se seguirán pagando, pero tal vez las cuantías de las pensiones no alcancen para mantener la calidad de vida de los futuros jubilados.