Discurso de jubilación de una cuidador/a

Queridos amigos, familiares y colegas,

Hoy es un día lleno de emociones encontradas para mí. Estoy parada aquí frente a todos vosotros, con el corazón lleno de gratitud y nostalgia, pero también con anticipación por lo que el futuro me depara. Después de muchos años de dedicación y entrega, ha llegado el momento de decir adiós a esta hermosa labor de cuidar a personas mayores.

Cuando miro hacia atrás, no puedo evitar sentir una profunda sensación de satisfacción por el tiempo que he pasado en esta profesión. Cada día ha sido una aventura, una oportunidad para aprender, crecer y, sobre todo, para brindar amor y apoyo a aquellos que más lo necesitan.

Recuerdo claramente mi primer día como cuidadora. Estaba llena de nerviosismo y expectativas, pero también con una determinación inquebrantable de hacer una diferencia en la vida de las personas a las que cuidaría. A lo largo de los años, he tenido el privilegio de conocer a personas maravillosas, historias inspiradoras y lecciones de vida invaluables.

Mis días estaban llenos de momentos preciosos: desde las conversaciones enriquecedoras con quienes confiaron en mí para compartir sus recuerdos, hasta los gestos más simples pero significativos de afecto y gratitud. Cada sonrisa, cada palabra de aliento, ha sido un recordatorio constante del poder transformador del cuidado y la compasión.

A lo largo de mi trayectoria, he aprendido que el cuidado va mucho más allá de proporcionar asistencia física. Se trata de empatía, paciencia, comprensión y, sobre todo, de crear un vínculo humano que trasciende cualquier tarea cotidiana. Cada una de las personas a las que he tenido el honor de cuidar ha dejado una huella imborrable en mi corazón, y por eso estaré eternamente agradecida.

Pero, como todo en la vida, este capítulo llega a su fin. La jubilación es el inicio de una nueva etapa, llena de posibilidades y oportunidades para explorar. Aunque dejo atrás mi labor como cuidadora profesional, sé que llevaré conmigo todo lo aprendido, cada risa, cada consejo sabio y, sobre todo, el amor incondicional que he recibido y dado.

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a cada persona que ha sido parte de este viaje. A mis colegas, quienes han sido mi apoyo incondicional y con quienes he compartido risas y momentos desafiantes. A las familias de quienes he cuidado, gracias por confiarme el cuidado de sus seres queridos y por permitirme formar parte de sus vidas.

Por supuesto, no puedo olvidar agradecer a mis propios seres queridos, mi familia y amigos, por su constante apoyo y comprensión durante todos estos años. Han sido mi roca, mi motivación para seguir adelante en los momentos más difíciles.

En este punto, no puedo evitar sentir una mezcla de emociones. La nostalgia por dejar atrás una labor que ha sido mi pasión y mi propósito durante tanto tiempo se mezcla con la emoción y la anticipación de lo que vendrá a continuación.

En el umbral de esta nueva etapa, espero poder dedicar más tiempo a mis seres queridos, explorar nuevos intereses y quizás compartir mi experiencia para seguir contribuyendo a la comunidad de alguna manera diferente.

Una vez más, gracias a todos por haber sido parte de mi viaje como cuidadora. Espero que los recuerdos que hemos compartido juntos perduren en vuestros corazones, al igual que perdurarán en el mío.

¡Adiós, pero no es un adiós definitivo! Este es un nuevo comienzo y estoy emocionada por lo que el futuro me depara. Gracias por todo.

Con cariño y gratitud infinita, [Tu nombre]