Discurso de jubilación si eres médico cardiólogo

Queridos amigos, colegas y seres queridos,

Hoy me detengo frente a vosotros con una mezcla de emociones que es difícil de expresar con palabras. Este no es solo un día ordinario en mi vida; es el comienzo de un nuevo capítulo, el capítulo de la jubilación.

Después de décadas de servicio en el campo de la cardiología, hoy me retiro con gratitud en el corazón y recuerdos invaluables que llevaré conmigo siempre. Cuando miro hacia atrás, parece que fue ayer cuando comencé esta travesía en el mundo de la medicina. Desde mis primeros días como médico residente hasta convertirme en un cardiólogo, cada paso de este camino ha sido un desafío gratificante y una oportunidad para aprender y crecer.

La medicina del corazón no solo ha sido mi profesión, sino mi pasión, y cada latido de mi corazón ha estado sintonizado con el compromiso de servir a aquellos que confiaron en mí con su salud.

A lo largo de los años, he tenido el privilegio de trabajar con algunos de los profesionales médicos más dedicados y apasionados. Mis colegas han sido más que compañeros de trabajo; han sido amigos y confidentes en este viaje que a menudo ha sido desafiante. Aprendí que la fuerza de un equipo no radica solo en la habilidad individual, sino en la capacidad de colaborar y apoyarse mutuamente, y por eso estoy agradecido.

Mis pacientes han sido la luz que ha iluminado cada día de mi carrera. Cada diagnóstico, cada tratamiento exitoso, y sí, incluso cada desafío no superado, ha sido un recordatorio constante de la fragilidad de la vida y la importancia de abrazar cada momento. Cada paciente ha dejado una marca indeleble en mi corazón, y espero haber dejado una impresión positiva en sus vidas también.

La medicina es más que ciencia; es un arte que requiere empatía, paciencia y comprensión. He aprendido a ver más allá de los resultados de las pruebas y a conectar con el ser humano que está detrás de cada expediente médico. La relación médico-paciente es sagrada, y me siento agradecido por la confianza que tantas personas han depositado en mis manos.

Pero hoy no se trata solo de mirar hacia atrás, sino de mirar hacia adelante hacia los días que vendrán. La jubilación no marca el final de mi compromiso con la salud y el bienestar, sino el comienzo de una nueva fase. Planeo dedicar tiempo a mis seres queridos, disfrutar de las pequeñas cosas que la vida tiene para ofrecer y quizás, explorar esos pasatiempos que quedaron en pausa durante mi ajetreada carrera.

A todos vosotros, mis amigos y colegas, os agradezco ser parte de este viaje. Vuestras enseñanzas, amistad y apoyo han sido fundamentales para mi desarrollo profesional y personal. Aunque dejo la práctica activa, no me alejo de los lazos que hemos formado. Seguiré siendo un defensor de la medicina basada en la empatía y la excelencia, incluso desde la jubilación. En este nuevo capítulo de mi vida, estoy lleno de gratitud y anticipación.

Agradezco a mi familia por su apoyo inquebrantable a lo largo de los años y a mis amigos por ser las piedras angulares de mi vida. A mis pacientes, gracias por confiar en mí y permitirme ser parte de sus vidas. En última instancia, mi carrera ha sido más que una profesión; ha sido un viaje de autodescubrimiento y servicio. Me retiro con la satisfacción de saber que he dado lo mejor de mí y con la esperanza de que mi legado perdure en las vidas de aquellos a quienes he tenido el honor de servir. Este no es un adiós, sino un hasta luego.

Gracias a todos por compartir este día conmigo y por formar parte de esta increíble travesía. ¡Que vengan tiempos llenos de salud, alegría y nuevas aventuras! Gracias