Biografía de René Descartes
Ficha personal
- Nombre: René Descartes
- Nace: 31 de marzo de 1596
- En: La Haya de Turena, hoy Descartes (Francia)
- Muere: 11 de febrero de 1650
- Ocupación: Filósofo, matemático, pensamiento cartesiano
- Categoría: Cultura
La familia de René Descartes procedía de la ciudad de Rennes, pero al declararse allí una epidemia de peste, se trasladaron a la población donde nació el tercer hijo de Joachim y Jeanne. Su padre, perteneciente a la baja nobleza, se dedicaba, como otros miembros de la familia, a la política local, donde ejercían cargos como consejeros, parlamentarios o alcaldes. La madre de René moriría a los pocos meses de su nacimiento, y el pequeño fue confiado al cuidado de su abuela materna y de una nodriza. Dada su inclinación por preguntarse el porqué de todo, su padre empezó a llamarle "su pequeño filósofo".
Estudió con los jesuitas, que apreciaron su talento. En esos años René Descartes recibió una sólida educación y conoció de primera mano, leyéndolos en latín y griego, a los grandes autores de la antigüedad, como Cicerón, Virgilio, Homero, Platón, Aristóteles...
Estudió Medicina y Derecho en la Universidad de Poitiers. Algo más tarde, en 1618-1619, residió en los Países Bajos, donde conoce a otros científicos y escribe sobre física. Aunque pensó en dedicarse a la vida militar, un sueño le hace ver que su verdadera vocación es la filosofía. En los años posteriores, pudo viajar a varios países de Europa, aunque le pareció que el mejor lugar para su trabajo eran los Países Bajos y allí residió durante unos veinte años.
En 1637 apareció su obra más famosa: el Discurso del método. La novedad de estos ensayos le granjearon duras oposiciones, tanto procedentes de científicos como de autoridades eclesiásticas. La reina Cristina de Suecia le invitó a instalarse en su país. Él aceptó, pero falleció a los pocos meses de establecerse en el país escandinavo, cuando contaba 53 años. Durante mucho tiempo se pensó que su muerte fue consecuencia de una neumonía, aunque investigaciones posteriores han apuntado a un posible envenenamiento por arsénico.
Sus restos fueron trasladados a París algunos años después de su muerte. Durante la Revolución francesa se colocaron en el Panteón de los hombres ilustres de la nación francesa, para volver a ser movidos, en 1819, a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, donde actualmente reposan.
Su frase más famosa: "Pienso, luego existo".
También dijo: "La verdadera inteligencia consiste en descubrir la inteligencia ajena".
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