Fotos antiguas: ¿cómo era Valencia en el pasado?

En un país con ciudades con tanta historia como Sevilla, Madrid o Barcelona, a veces nos olvidamos de darle crédito a Valencia,  una ciudad con un legado histórico importantísimo, un refugio cultural a orillas del río Turia que asombra a todos aquellos que la visitan por sus bellas calles, asombrosas plazas y magníficos monumentos que mezclan de una manera espléndida los diferentes estilos sobre los que está construida la ciudad. Todos conocemos Valencia y sus principales lugares emblemáticos, pero... ¿cómo sería verlos hace 50 o 100 años? En este artículo de Plusesmas, ayudados por nuestra sección de Fotos Antiguas, os mostraremos el pasado de algunos de los lugares más famosos de Valencia.

Los 5 lugares más emblemáticos de Valencia

Plaza de la Virgen

Situada en pleno centro de Valencia, en el distrito de Ciutat Vella, encontramos la Plaza de la Virgen, la plaza más importante de la capital de la Comunidad Valenciana. El origen de la Plaza se remonta al foro de la Valentía romano, siendo esta plaza la heredera de este antiguo foro romano. Esta icónica plaza valenciana es conocida por ser el centro religioso de la ciudad, albergando los dos edificios de culto más importantes de la ciudad, la Catedral de Santa María y la Basílica de la Virgen de los Desamparados, además de ser el lugar donde se realizan distintos actos relacionados con festividades religiosas, como la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados, que tiene lugar cada año durante las Fallas, o la exposición de los carros que toman parte en la procesión del Corpus Christi. Debido a su importancia histórica y como se demuestra en la foto, la plaza no ha sufrido grandes transformaciones en el último siglo, manteniéndose prácticamente igual que en el pasado.

Catedral de Santa María

Situada en la Plaza de la Virgen, en pleno casco histórico valenciano, encontramos la Catedral de Santa María, el edificio de culto más importante de la ciudad de Valencia. Nombrado Bien de Interés Cultural, esta antigua catedral fue consagrada en el año 1238, tras la Reconquista, en un emplazamiento que ya había servido como lugar de culto tanto para romanos, estando aquí situado el templo de Júpiter, como para musulmanes, siendo el lugar donde se erigió la Mezquita de Balansiya. Al ser levantada entre los siglos XIII y XV, su estilo es principalmente gótico, pero, como su construcción se prolongó durante siglos, tiene influencias de otros estilos como el románico, renacimiento, barroco o neoclásico, lo que convierte a esta catedral en una joya de la arquitectura universal. Al contrario de lo que pasaba con la Plaza de la Virgen, esta catedral sí ha sufrido diversos acontecimientos que la han llevado a verse diferente a como se veía hace un siglo, acontecimientos como la Guerra Civil Española, en la que fue incendiada, motivo por el que se destruyó parte de su fachada, elementos artísticos y el coro; la destrucción de las Casas de los Canonges en 1970, adosadas a las capillas exteriores de la Catedral, o la repristinación de la Catedral en 1972, que significó la retirada de casi todos los elementos clásicos, para así recuperar el aspecto gótico original.

Palacio del Marqués de Dos Aguas

Situado en el centro histórico de Valencia, entre las calles Poeta Querol y de la Cultura, encontramos el Palacio del Marqués de Dos Aguas, uno de los palacios más bellos de la ciudad del Turia. Este imponente Palacio gótico tuvo su origen alrededor del año 1400, pero no fue hasta el siglo XVIII, con su compra por la familia noble Rabassa de Perellós, que comienza a adquirir importancia tras convertirse en la residencia de los marqueses, los cuales llevaron a cabo una profunda remodelación en el año 1740 para otorgarle el carácter señorial del que disfruta el palacio hoy en día. El palacio, declarado monumento histórico-artístico en 1941, no se ha mantenido inalterable desde entonces, sino que ha sufrido una serie de remodelaciones para adaptar ciertas partes del edificio que comenzaban a sufrir el desgaste del tiempo; remodelaciones como la de 1853, en las que restauraron los frescos que decoraban su fachada, o el de finales del siglo XXI, donde se llevó a cabo una restauración integra del palacio resultado de su apertura al público como Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias.

Lonja de la Seda

Situada en la Plaza del Mercado, en pleno centro histórico de Valencia, encontramos la Lonja de la Seda, una de las mejores representaciones del arte gótico valenciano de la ciudad. Este edificio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, fue construido entre los años 1470 y 1481, como un símbolo de poder para atraer a los comerciantes a la ciudad, resultado de la prosperidad comercial conseguida por Valencia durante el siglo XV. La Lonja de la Seda es un edificio secular en estilo gótico tardío que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de la ciudad, gracias a las fachadas rectangulares decoradas con espléndidos medallones renacentistas y espectaculares esculturas y gárgolas, pero sobre todo gracias al Salón Columnario, un imponente salón central abovedado, sostenido por 24 bellas columnas de 17 metros de altura esculpidas a mano. Debido a su marcada importancia histórica para la ciudad, el edificio no ha sufrido grandes transformaciones en el último siglo, tal y como demuestra la foto, manteniéndose prácticamente igual que en el pasado.

Torres de Serranos

En pleno centro de la ciudad de Valencia, a orillas del río Turia, encontramos las Torres de Serranos, una de las dos puertas fortificadas de la muralla medieval de Valencia que aún permanecen en pie. El conjunto, declarado Bien de Interés Cultural desde 1931, está conformado por dos torres poligonales unidas por un cuerpo central, donde se encontraba situada la puerta con forma de arco de medio punto. Las torres, cuyo nombre proviene de que estaba orientada hacia comarca de Los Serranos, fue construida en 1937 sobre los terrenos del anterior pórtico y durante tres siglos fue utilizada como uno de los puntos de defensa principales de la ciudad ante cualquier asedio o ataque eventual, hasta que, tras el incendio que asoló la ciudad en 1586, las torres se reconvirtieron en prisión de nobles y caballeros. Debido a su marcada importancia histórica para la ciudad, la construcción no ha sufrido grandes transformaciones en el último siglo, tal y como demuestra la foto, al menos en la fachada principal, manteniéndose prácticamente igual que en el pasado.

Javier del Valle Amaya