¡Adiós a 'El Johnny'!

Aunque la noticia ya se sabía desde hacía tiempo, el cierre del colegio mayor San Juan Evangelista -"El Johnny", para los amigos- nos ha dejado a muchos con el corazón helado. Y es que, poco después de su inauguración, en 1966, empezó a convertirse en el centro de referencia de la movida cultural que, a finales de los 60 y comienzos de los 70, empezaba a respirarse en nuestro país, y de la que era difícil oxigenarse en otros lugares.

Por su salón de actos comenzaron a desfilar todos aquellos grupos de teatro independiente que han marcado a toda una generación, o mejor dicho, a varias generaciones de profesionales de la escena: actores, directores, dramaturgos... Cómo no recordar el paso por "El Johnny" de compañías como El Joglars, Els Comediants, La Cuadra de Sevilla, Los Goliardos, el TEI... Solo de pensarlo se ponen los pelos de punta.

Y si el teatro que se representaba allí era un canto a la libertad y a las nuevas ideas, qué decir de su vocación musical desde que, en 1970, se inauguró el impagable Club de Música y Jazz San Juan Evangelista. Aquel bendito suceso nos permitió a muchos descubrir que había otros ritmos y otros sonidos, que, durante largos años, pudimos percibir en los conciertos inolvidables de Lou Bennet, Tete Montoliu, Vlady Bas, Dexter Gordon, Benny Waters, Jean-Luc Vallet, Art Blakey, George Coleman..., y tantos otros.

El Club también nos sirvió para enamorarnos de las canciones de Los Charlaleros, Carlos Cano, José Alfonso, Aguaviva, Jarcha, Luis Eduardo Aute, Mercedes Soa, Luis Pastor..., que encontraron en "El Johnny" el mejor eco para sus voces y sus palabras; sin olvidar, por supuesto, su contribución a la regeneración del flamenco, abriendo de par en par sus puertas a Manolo Sanlúcar, Paco de Lucía, Manuel Gerena, Enrique Morente, José Menese... y Camarón de la Isla, quien, sin saberlo, el 5 de enero de 1992 rindió eterno homenaje a "El Johnny", dando en él, junto a Tomatito, su último concierto en vida.

Por todo esto, y por mucho más, le decimos adiós con todo el dolor de nuestros corazones, dejándole claro que no perdemos la esperanza de que, algún día de estos, vuelva a dejarnos pasar y a emocionarnos como lo ha venido haciendo durante tantos y tan memorables años.