Cierre de la verja de Gibraltar

Después de tantas reivindicaciones españolas sobre el Peñón de Gibraltar, el Reino Unido no tuvo mejor ocurrencia que convocar, el 10 de septiembre de 1967, un referéndum para ver si los "llanitos" querían ser británicos o españoles. Como el resultado fue como fue, en 1969 ratificó una nueva Constitución para este territorio, con el fin de que pudiera crearse el Gobierno de Gibraltar.

¡Lo que nos faltaba! En ese momento, claro está, en España sacamos a relucir nuestro espíritu más patrio, y el Gobierno del general Franco ordenó, el 8 de junio de 1969, el cierre a cal y canto de la verja que separaba Gibraltar de nuestro país, y de forma permanente, para que quedara fiel constancia de que no nos andábamos con chiquitas. ¡Y ya está, dicho y hecho!

La noticia, por supuesto, fue portada de todos los periódicos. El diario "ABC", por ejemplo, titulaba en su edición del 8 de junio: "España cierra su frontera con Gibraltar". Y daba cumplida explicación de todo lo sucedido, subrayando bien que era "en respuesta a las recientes medidas británica sobre Gibraltar".
Claro que, un poco más adelante, también señalaba que "los cuatro mil ochocientos veinte obreros españoles en el Peñón se acogerán al Seguro de Desempleo, al cien por cien". ¡Caramba, pues de eso sí que no sabíamos nada! ¿De modo que, con el cierre de la verja, había gente que se quedaba sin trabajo? ¡Pues vaya negocio! Bueno, y además nos enteramos de que "centenares de personas residentes en Gibraltar -constataba la edición de "ABC" en Sevilla- se trasladaron el domingo al Campo de Gibraltar -principalmente Algeciras, La Línea y San Roque-, con el fin de visitar a sus familiares residentes en territorio español, a la vista del cierre de la frontera".

Conclusión, lo del cierre de la verja, que parecía un acto de firme y justa protesta, al final había traído consigo más españoles en paro y familias separadas, que desgraciadamente estarían bastantes años sin poder volver a verse.

Pues así hasta 1982, que se dice pronto, año en que, por fin, la verja volvió a abrirse de par en par; o sea, como siempre debió de estar. Pero fue lo que fue, qué le vamos a hacer, y, por desgracia, la historia generalmente resulta difícil de cambiar.