La llegada del bikini

Pensando en la playa y los chiringuitos me ha venido a la mente el adorado bikini que tanto costó introducir en España.

Allá por los años 50 empezaron a venir turistas a las costas españolas, turistas con ropa que no se parecía en absoluto a la que llevábamos por aquella época y que revolucionaban a la gente a su paso. Nosotros éramos la descripción de "decencia y decoro", nada de vestidos ceñidos, faldas cortas o escotes mínimamente pronunciados ¡ni un centímetro de pierna al aire! así que no hablemos de la indumentaria playera, nuestros bañadores tenían que llevar faldita y los "inspectores de la arena" se encargaban de que no se enseñara más de lo estrictamente necesario.

40.000 pesetas nada menos tuvo que pagar una osada turista británica por ¡¡sentarse en una terraza en bikini!! Con ese dineral como amenaza aún tardaron unos años más en verse libremente españolas en bikini. Fue en el verano de 1952 cuando Benidorm aprobó la legalización de lo que muchos consideraban motivo de excomulgación! Convirtiéndose así en el primer paraíso de libertad dentro de las rígidas costumbres de la España Católica.

Es curioso pensar como una prenda tan ofensiva antaño hoy es un indispensable en los armarios de toda mujer. Completamente normalizado hoy en día, los hay de triángulo, con volantes, con lazos, en zigzag, con parte de arriba, sin parte de arriba, un sin fin de posibilidades para una pequeñísima prenda que causó una gran revolución. En 2012 cumplió 60 años y ¡los que le quedan! ¡Ay quién cogiera la playita ahora!