Del Madrid y del Atleti, y viceversa

Definitivamente, cuando éramos niños, no vivíamos el fútbol de la misma manera que ahora. Por supuesto, éramos seguidores acérrimos de un equipo, pero siempre teníamos un segundo en la lista de favoritos, como en el menú de Firefox, sin ir más lejos.

En mi caso, mi equipo "de toda la vida" era el Real Madrid, del que era socio desde los 12 años. Así que, como es fácil suponer, me sabía de carrerilla aquella legendaria alineación que lucía el equipo a mediados de los 60; o sea, Betancort, Sanchís, De Felipe, Miera, Pirri, Zoco, Félix Ruiz, Amancio, Velázquez, Grosso y Gento. ¿A qué impresiona?

Ahora bien, aunque fuera increíble, siendo como era un hincha incondicional del equipo merengue, el segundo club al que más cariño le tenía era ¡el Atlético de Madrid! Bueno, y, como yo, muchos amigos de la infancia, a los que también lo que realmente les gustaba era ver buenos partidos de fútbol, por encima de cualquier otra cosa.

Con esas, seguía con pasión al equipo colchonero y, por descontado, también me sabía de memoria su alineación, que era capaz de rezar como si fuera un Padrenuestro. ¿Qué cuál era en la temporada 1965-66? Pues fácil: Madinabeytia, Griffa, Rivilla, Martínez Jayo, Adelardo, Luis Aragonés, Glaría, Ruiz Sosa, Ufarte, Mendonça y Collar. Bueno, y falta el que más me gustaba de todos: José Eulogio Gárate, el mejor delantero centro que he visto nunca, que no ficharía por el Atleti hasta la temporada siguiente.
Eso sí, cuando Real Madrid y Atlético de Madrid se enfrentaban, tenía claro que iba con "los merengues", aunque si ganaban "los colchoneros" tampoco me enfadaba demasiado. Ventajas de disfrutar del fútbol de otra manera.