Pedro Carrasco, el boxeador de los 'Puños de oro'
A finales de los 60 y comienzos de los 70, la verdad es que andábamos un poco escasos de triunfos deportivos. En fin, una racha de "sequía goleadora", como se dice en el argot futbolístico, de modo que había que agarrarse a lo que fuera.
Y en esas, como por arte de magia, se nos apareció el boxeo, que no se sabe por qué extraña razón empezó a despuntar de lo lindo con púgiles como el hispano-cubano José Legrá, campeón de Europa (1967, 1970-1972) y del Mundo (1968, 1971) de peso pluma, y, por descontado, el onubense Pedro Carrasco, que entonces, por suerte, aún no andaba metidos en cotilleos del corazón, sino solo en el ring.
Y era en el cuadrilátero, precisamente, donde mejor se movía, dejando en cada combate buena muestra de su movilidad, de su juego de cintura, de su boxeo fino y estilista y de la contundencia de sus golpes, especialmente de su gancho de derechas, que era un auténtico torpedo.
Con esos ingrediente tan bien condimentados, poco tardó Carrasco en proclamarse campeón de Europa de los pesos ligeros, al vencer por KO técnico, en 1967, al vigente campeón, el danés Borge Krogh. Ese fue solo el principio de una brillante carrera, que apenas duró doces años, pero a lo largo de la cual disputó 111 combates, venciendo nada menos que en 106, y ganó seis veces el campeonato de Europa y una el del mundo.
En el caso de los títulos europeos, seguramente aún pervive en la memoria de los aficionados al boxeo su encarnizado combate, en 1969, con el también español Miguel Velázquez, que creó que tal rivalidad, que el enfrentamiento más bien parecía un Madrid-Barça de fútbol. Y si lo de Velázquez, al que venció por puntos, fue apoteósico, más descomunal aún fueron sus combates por el título mundial con el mexicano nacionalizado estadounidense Mando Ramos.
Tanto el primero de ellos, en 1971, en el que Pedro Carrasco venció por descalificación de Ramos, en un decisión arbitral bastante discutida, como el segundo, en 1972, donde se invirtieron ambos argumentos, o sea, el español perdió por una decisión más controvertida aún, tuvieron soliviantados al país, que parecía más entregado que nunca a la causa pugilística.
El caso es que, con todo ese trasiego, Pedro Carrasco se convirtió en una leyenda viva, e incluyo llegó a protagonizar una película, bastante mediocre por cierto, que tenía el expresivo título de El marino de los puños de oro, que bien podía resumir la historia de su vida deportiva, que de la otra mejor ni acordarse.
[José Molina]
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Ángel Luis Yáñez lorente
Pedro Carrasco, boxeador,un señor... dentro y fuera..del cuadrilátero..un señor.....ok23 enero 2020 20:51
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