De vuelta a casa

Por fin ya estamos todos, o casi todos, de nuevo en casa, después de unas "apacibles" vacaciones, que nos han dejado el cuerpo, y el bolsillo, como recién estrenado. Además, por lo visto, este verano ha sido una "operación regreso" bastante tranquila, en la que se han producido pocos accidentes y escasos atascos, lo que hay que celebrar con gran alegría y entusiasmo.

Tanto un caso como el otro son de las muchas cosas que decididamente no añoramos de tiempos pasados. En 1965, por ejemplo, el diario "ABC", como otros medios de comunicación, consideraba que la seguridad en la carretera era "un problema nacional". De hecho, señalaba que "las cifras de accidentes de carretera en España crecen en proporción aterradora". Teniendo en cuenta que ese año se matricularon en nuestro país nada menos que 355.289 vehículos y que las carreteras por las que se circulaba dejaban bastante que desear, pues era obvio que los resultados tendían a ser cada vez más catastróficos.

Lo de los atascos también era como para echarles de comer aparte. Claro que, habida cuenta del progresivo aumento de coches y de que la mayoría de las carreteras era de doble sentido, no resulta difícil explicar aquellas kilométricas caravanas que se formaban en casi todas las carreteras nacionales a la ida y a la vuelta de las vacaciones.

Desde luego, eran desesperantes. Además, no se sabe por qué misteriosa razón, cada vez que la carretera se empinaba un poco, siempre surgía de la nada un Seat 600 cargado hasta arriba, que montaba unos atascos tras de sí de los que daban ganas de llorar. Como era imposible adelantarlo, había que esperar pacientemente a que por fin apareciera una recta en la que poder dejar atrás al dichoso "pelotilla". La alegría, sin embargo, duraba poco. Apenas unos kilómetros más allá, de nuevo la carretera se empinaba y, cómo no, un Seat 600 volvía a surgir de las entrañas del asfalto.

Hay quien piensa, incluso, que todo aquello era una maniobra de la Dirección General de Tráfico para ralentizar la velocidad de los vehículos y, con ello, tratar la escandalosa cifra de accidente. ¡Habrá que investigarlo!