Cesta y Puntos ¡buena suerte!

"Amigos y seguidores de Cesta y Puntos, muy buenas tardes!" así comenzaban el programa de TVE que durante sus seis años logró vaciar las calles cada vez que se emitía. Comenzó siendo un programa de radio hasta que pasó a la televisión en 1965. Se trataba de un torneo juvenil de conocimientos generales entre colegios de toda España. No había persona que se perdiera el programa, todos los vecinos nos congregábamos en casa del que tuviera televisor para poder verlo.

El escenario se asemejaba más a una pista de baloncesto que a un plató de televisión. Los chicos entraban vestidos con el uniforme de deporte como si de un torneo real se tratase y portaban su número en las manos escrito en un cubo negro. El concurso basaba sus reglas en el baloncesto y numerosas marcas patrocinaban cada programa dando premios personales a los concursantes y también a los centros donde estudiaban. Recuerdo que el hermano de una amiga concursó y su casa estaba llena de cajas de chocolatinas Zahor, las primeras chocolatinas rellenas que probamos, y calcetines Punto Blanco. Tenían tantas cajas que algo nos tocó a las amigas.

Al comenzar los capitanes se acercaban al centro del terreno de juego y ¡empezaba el partido! Se jugaba a cara o cruz quién empezaba y quién elegía primero las diez preguntas a contestar. No había siquiera micrófonos para los participantes por tanto Daniel Vindel -presentador que a raíz de esto se hizo archifamoso- iba retransmitiendo sus respuestas.

Cada vez que se acertaba una pregunta aparecía la imagen de una canasta y el público cantaba. Todo era en directo, la tensión máxima y el nivel de dificultad alto. Será por esto que en 1968 ganó el Premio Ondas al Mejor Programa Cultural.