"Vuelve a casa por Navidad"

Parece mentira, pero hay que ver la cantidad de lágrimas que, durante estas fechas, nos hacía soltar un simple turrón. Y es que los que ideaban los anuncios de El Almendro sabían muy bien como tocarnos la fibra sensible. Empezaron con aquello de “Paz en los corazones y dulzura en el hogar” y acabaron rompiéndonos el corazón con la inolvidable cancioncilla de “Vuelve a casa por Navidad”, que nos dejaba sin respiración y con la ilusión de que, en Nochebuena, no faltara nadie en casa para cenar.

De hecho, la cosa llegó a tal extremo, que hasta comenzamos a tener la extraña sensación de que, hasta que el anuncio de El Almendro no empezaba a emitirse por televisión o se escuchaba por la radio, la Navidad no tomaba la salida.

Supongo, no lo recuerdo bien, que aquella emoción desmedida nos inducía inconscientemente a comprar aquel enternecedor turrón “de la firma Monerris Planelles”, como bien constataba su publicidad, y que llevaba nada menos que desde 1883 endulzando las Navidades de los españoles. De lo que tampoco me acuerdo muy bien es si estaba más rico el duro, el blando o el de chocolate. Tendré que repasar mis gustos de la época.