Chow Chow

Descripción:
El Chow Chow es un perro muy atractivo. Tiene la apariencia de un león pequeño y su lengua es de un tono azul-violáceo. Su cabeza es ancha, redondeada; la nariz, grande, ancha; sus orejas pequeñas, erectas, triangulares y redondeadas en las puntas. La cola es larga, alta y la mantiene sobre la espalda. En cuanto al pelo, existen dos variedades: de textura áspera y de pelo suave.

Origen:
El Chow Chow desciende de los Spitz, grandes nórdicos, de los cuales aún conserva algunas características. Desde hace más de 2000 años, es criado con esmero en China, donde se le considera un perro de trabajo, de cacería, estimado por su carne y por su piel.
Los testimonios existentes parecen probar que su aspecto ha permanecido invariable en el tiempo y que, por tanto, mantiene sus ancestrales características de raza. Su introducción en Europa se debe a un embajador inglés en Pekín quien, en 1880, regaló una pareja de estos perros al príncipe de Gales. De inmediato, la raza se difundió con bastante rapidez en Inglaterra y fueron muy numerosas las importaciones que se hicieron de la China.

Altura/Peso:
Machos: de 48 a 56 cm. de alto y de 21 a 31 kilos de peso
Hembras: de 46 a 51 cm. de alto y de 21 a 31 kilos de peso

Temperamento:
Posee un carácter muy fiero y reservado, que lo hace encariñarse generalmente sólo con su propietario. El Chow Chow puede parecer independiente por casi todo el día, manteniendo una cómoda distancia de los demás mientras está acostado, o viendo caminar a los extraños.
Es un can extremadamente limpio, casi casi como un gato, aunque no siempre se adapta a vivir exclusivamente en una casa, debido a la gran necesidad de espacios amplios donde poder moverse.

Compañero ideal:
Los Chow Chow son extremadamente leales a su familia y les cuesta cambiar de amo. El Chow Chow generalmente muestra afecto sólo a las personas que conoce, por lo que no resulta especialmente amigable con los visitantes. Puede llegar a ser una excelente mascota, pero en las casas donde hay niños también puede, en ocasiones, ser un serio problema.