Cirneco del Etna
Este perro tiene el sentido del olfato muy desarrollado y lo suele utilizar para rastrear en sus persecuciones.
De estructura armoniosa y ligera, el Cirneco del Etna está provisto de un pelaje liso y leonado.
A pesar de su delgadez, lo cierto es que estos perros poseen una gran resistencia física frente a las inclemencias del tiempo.
El Cirneco es un excelente cazador especializado en el conejo silvestre y la liebre. Se adapta como ninguno a los terrenos duros y escarpados, como lo son las pendientes del Etna. En esta región de Sicilia, cuna de la raza, busca con tenacidad en todos los recovecos al acecho de la más mínima pieza de caza.
Aunque desciende directamente del Tesem, antepasado común de todos los Lebreles de orejas rectas, las patas del Cirneco no tienen ni la longitud ni la osamenta adecuada para alcanzar grandes velocidades.
Origen:
Los historiadores de razas caninas coinciden en que el Cirneco del Etna vive en Sicilia desde hace milenios. Se cree que sus orígenes lejanos son los mismos que los del Podenco Ibicenco y el Perro de los Faraones, cuyo antepasado común es el Tesem.
Lo cierto es que estos perros poblaban la cuenca del Mediterráneo mucho antes de que comenzara la era cristiana. Los mercaderes de Creta primero, y luego los fenicios, fueron los que exportaron desde Egipto estos animales.
Llegados a Sicilia, la consanguinidad impuesta por la situación geográfica de la isla (y su correspondiente aislamiento), resultó un elemento clave en la evolución de la raza.
Tamaño:
Los machos miden de 46 a 51 cm. Las hembras de 43 a 45 cm.
Peso:
El peso de los machos es de 12 a 13 Kg. Las hembras pesan de 10 a 12 Kg.
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