Perro del Faraón

Esta histórica raza de galgos se diferencia de todas las otras por sus orejas, que se mantienen en posición erguida. La cabeza tiene forma triangular, sus ojos son relativamente pequeños y hundidos, de color ambar. El cuello es largo y musculoso y el tórax moderadamente caído y profundo. Sus extremidades, largas y musculosas, además de su cola ligeramente curvada completan los principales rasgos característicos de estos magníficos perros.

De carácter leal, afectuoso y juguetón, el Perro del Faraón es todo un apasionado de la caza. Se le utiliza para buscar liebres y conejos salvajes. Se adapta sin problemas a la vida en casa, aunque largos paseos y caminatas diarias no pueden faltar para que se encuentre a gusto en nuestor entorno.

Origen:

Aunque originario de Malta, esta raza nos traslada con el primer vistazo a los jeroglíficos del antiguo Egipto, en los que aparecían perros casi idénticos. Lo cierto es que el Perro del Faraón es una de las razas más antiguas de lebreles y la única que conserva las orejas erguidas.

Sin duda, este perro desciende directamente del antiguo lebrel egipcio. La pruebas de ello, se han obtenido gracias a los numerosos testimonios encontrados a lo largo de la cuenca del Nilo, desde el mismo Egipto hasta Sudán, que se remontan desde las más antiguas dinastías faraónicas.