Museo nacional del romanticismo, Madrid

El Museo Nacional del Romanticismo se ha fijado como objetivo ofrecer una interpretación lo más rica posible del periodo romántico, que en España se sitúa durante el reinado de Isabel II (1833-1868).

El museo, que tiene una clara vocación didáctica y comunicativa, pretende que los visitantes conozcan no sólo el estilo de vida y las costumbres del momento, sino también lo que fue el Romanticismo, qué logros tuvo y cómo se desarrollaron en él las artes, la vida cotidiana, la política y las ideas.

Para ello cuenta con dos recorridos paralelos:

Un recorrido ambiental, con especial referencia a los aspectos decorativos y al desenvolvimiento de la vida cotidiana en la época.
Un recorrido temático, en el que se muestran temas históricos, sociales y políticos y artísticos.

Además, pone a disposición del visitante una serie de juegos, recursos interactivos, publicaciones y documentos de consulta que presentan los contenidos de la exposición desde otros puntos de vista.

Como complemento, el museo realizará talleres infantiles, cuatro conciertos a lo largo del año, tertulias literarias y exposiciones temporales.

La colección del Museo Nacional del Romanticismo se caracteriza por su riqueza y heterogeneidad, está compuesta por una gran variedad de colecciones de distintas disciplinas artísticas:

Pintura, con obras de pintores considerados como precedentes del romanticismo (Francisco de Goya, José Aparicio Inglada y Vicente López Portaña, entre otros) y de pintores del periodo romántico (Madrazo, Carlos Luis de Ribera o Antonio María Esquivel...).

Mobiliario, con más de seiscientas piezas que abarcan desde el reinado de Fernando VII al de Isabel II.

Fotografía, que incluye la mayoría de los procedimientos fotográficos, desde los daguerrotipos y ambrotipos hasta los procesos de producción en la era industrial y las técnicas fotomecánicas.

La colección de dibujos comprende piezas de gran calidad y diversas técnicas, con asuntos relativos a vistas de ciudades, escenas costumbristas y, sobre todo, retratos.

La colección de estampas es una de las más importantes del museo, con casi tres mil piezas.

Otras colecciones que contribuyen a recrear los usos y costumbres de la época son las de artes decorativas, miniaturas, escultura, indumentaria, juguetes, objetos del ajuar doméstico y personal, armas, numismática, objetos de devoción y religiosos, etc.