Las reacciones alérgicas
La reacción alérgica consiste en que nuestro organismo percibe como algo nocivo una sustancia -normalmente una proteína, que denominamos alergenoque no lo es. Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
Dra. Marta Ferrer Puga
Especialista en Alergología Consultor
Departamento de Alergología
CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
¿En qué consiste la reacción alérgica?
La reacción alérgica consiste en que nuestro organismo percibe como algo nocivo una sustancia -normalmente una proteína, que denominamos alergenoque no lo es. Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
¿Qué sustancias pueden producir alergia?
Los alergenos más frecuentes son: pólenes, ácaros, epitelios de animales, látex (o caucho natural, que está presente en guantes de goma, sondas, catéteres, globos, en chupetes, tetinas de biberones, etc.), picaduras de avispas, ciertos alimentos y algunos medicamentos. El alergeno entra en contacto con el cuerpo bien siendo inhalado por la nariz o la boca (alergenos inhalantes), ingerido, como ocurre con alimentos o ciertos fármacos, o inyectado como es el caso de medicamentos o picaduras de insectos. Hay otro tipo de reacción -dermatitis de contactoque se desencadena cuando la sustancia está en contacto con la piel. Aunque la lista de sustancias que pueden producirla es inmensa, la más frecuente es la dermatitis de contacto por níquel, que se encuentra en objetos de metal como bisutería, monedas, tijeras, etc. Es la culpable del eczema en las orejas después de llevar pendientes que no son de oro, o en la muñeca donde ha estado en contacto el metal de la correa del reloj.
¿Qué síntomas producen los alergenos inhalados?
Por orden de frecuencia y de gravedad, en primer lugar pueden producir una rinitis o rinoconjuntivitis que se manifiesta por picor de nariz y ojos, secreción nasal acuosa, estornudos, nariz taponada, etc. En segundo lugar, asma bronquial. No hay que olvidar que un 80 por ciento de todos los asmáticos lo son por causa alérgica. El asma puede manifestarse inicialmente con una tos seca, fundamentalmente desencadenada por ejercicio, risa, o humo de tabaco. Más tarde surge dificultad para respirar, ruidos torácicos (pitos o silbidos), sensación de opresión en el pecho. También puede manifestarse únicamente al realizar esfuerzos, por ejemplo subir escaleras, obligándonos a detenernos porque nos falta aire. Un asma en los niños se manifiesta casi siempre con tos seca, también por la noche, y sobre todo desencadenada por el juego, al correr, etc. El típico perfil de niño alérgico es el niño que tiene muchos catarros seguidos de bronquitis de larga duración que les llevan a estar tomando múltiples tandas de antibióticos. A veces en niños el único síntoma de una alergia son otitis de repetición y sinusitis.
¿Cómo diferenciar un catarro de una rinitis alérgica?
Las características de una rinitis alérgica son: picor de nariz y ojos, importante secreción nasal acuosa, nariz taponada, estornudos frecuentes. Estos síntomas se prolongan en el tiempo, no se acompañan de fiebre ni de malestar general, se producen en una determinada época del año (primavera, otoño). Sobre todo, es característico de la rinitis alérgica un comienzo súbito que cede completamente con antihistamínicos o al evitar el contacto con el alergeno (ejemplo claro sería aquella persona alérgica a los ácaros que al abrir libros o archivos antiguos, o sacudir un colchón comienza a estornudar, etc. Cediendo casi completamente los síntomas al salir a la calle) Un catarro por el contrario se presenta con congestión nasal, sin picor, la secreción acuosa de los primeros días pasa a ser moco, dura de 3 a 10 días, y se suele acompañar de fiebre y malestar o de dolor de garganta.
¿Qué síntomas puede producir una alergia alimentaria?
Aunque cualquier alimento puede provocar una reacción alérgica, los más frecuentes son la leche, el huevo, frutos secos, marisco, pescado y frutas. El primer síntoma suele ser un intenso picor en la boca y/o paladar al ingerir el alimento, otras veces falta el síntoma inicial y se manifiesta por una erupción en la piel consistente en ronchas (habones) con intenso picor que se llama urticaria. Puede causar síntomas digestivos como vómitos, o diarrea. O bien síntomas respiratorios: estornudos, taponamiento nasal o dificultad para respirar. No hay que olvidar que muchas veces, sobre todo en niños, una alergia alimentaria produce simplemente asma sin otros síntomas digestivos o cutáneos acompañantes. En casos más graves pero y mucho menos frecuentes la ingesta del alimento puede desencadenar un shock anafiláctico, la persona sufre en pocos minutos un intenso picor en cuero cabelludo, palmas y plantas, con enrojecimiento de la piel generalizado, dificultad para respirar, hipotensión y pérdida de conocimiento. Esto constituye una urgencia médica vital. Esta reacción tan grave no depende de la cantidad de alimento ingerida sino de la sensibilidad del paciente, por esta causa es de vital importancia en estos pacientes tener sumo cuidado en que no entren en contacto ni siquiera con cantidades insignificantes del alimento. Los alimentos que producen con más frecuencia una reacción de este tipo son el cacahuete y los mariscos.
¿Y las alergias a medicamentos?
Las reacciones suelen ser muy variadas, la mayoría se traducen en erupciones en la piel, la más frecuente del tipo urticaria y angioedema (cuando se hinchan los labios, párpados), enrojecimiento en la piel, síntomas nasales o dificultad respiratoria. También puede producir una reacción anafiláctica como la que hemos descrito anteriormente.
¿Hay asma, rinitis o urticaria sin alergia?
En el caso del asma y la rinitis, hay un bajo porcentaje, sobre todo en pacientes en que el asma o la rinitis ha aparecido en la edad adulta, en que teniendo síntomas idénticos no se puede demostrar sensibilidad a ningún alergeno. Se desconoce la causa que lo produce. El tratamiento médico es el mismo que para el asma o rinitis alérgica, con la diferencia de que no hay inmunoterapia posible ya que no hay sensibilización a ningún alergeno. El caso de la urticaria crónica podría también englobarse en este apartado. Son personas que tienen episodios repetidos y muy frecuentes consistentes en aparición de ronchas por todo el cuerpo, con intenso picor, muchas veces asociadas a hinchazón en la cara. Es una enfermedad que carece de gravedad pero afecta en gran medida a la calidad de vida. Frecuentemente se achaca equivocadamente a alergia múltiples alimentos o a situaciones de estrés. Las últimas investigaciones apuntan a una causa inmunológica presente en el propio organismo.
¿Qué debo hacer si pienso que puedo ser alérgico?
Si usted piensa que puede tener una enfermedad alérgica, lo más conveniente es acudir a un especialista en alergia: alergólogo. Aunque hoy en día existe un gran número de fármacos capaces de aliviar los síntomas, es de vital importancia;
Conocer a qué alergeno soy sensible Qué medidas puedo tomar para evitarloQué otros productos que desconozco contienen la misma sustanciaSaber si existe una tratamiento específico para ese tipo de alergia.
¿Cómo se diagnostica una alergia?
El diagnóstico se realiza mediante un test cutáneo muy sencillo: se aplican sobre la piel del brazo gotas que contienen una cantidad conocida del alergeno al que podemos ser sensibles, esas gotas se atraviesan con una mínima lanceta hasta perforar la piel y se observa la reacción a los 15-20 minutos. El fundamento de esta técnica es el reproducir en la piel la reacción que presentamos en otras partes del organismo. Además es posible realizar análisis de sangre con lo que de una forma más precisa podemos cuantificar y demostrar la presencia de anticuerpos específicos frente a ese alergeno. En el caso de alimentos o medicamentos, a veces no queda más remedio que realizar una prueba de provocación, que consiste en observar bajo control médico la reacción que se produce tras la ingesta del alimento o fármaco. Para diagnosticar un asma bronquial se requiere la realización de pruebas de función respiratoria. En ocasiones, el especialista en alergia solicita más pruebas con el fin de descartar la presencia de otras enfermedades que pudieran presentar síntomas parecidos.
¿Cómo se trata la enfermedad alérgica?
La primera medida y más eficaz es evitar el contacto con el alergeno, para ello existen recomendaciones concretas. En segundo lugar hay medicación que es muy eficaz en el tratamiento de síntomas, como son los antihistamínicos -ahora también disponibles en colirios y gotas nasales-, corticoides tópicos -inhalados por boca o nariz que a diferencia de los corticoides tomados por boca apenas se reabsorben por el cuerpo y por lo tanto carecen de efectos sistémicos-, y otros fármacos. Es importante saber que todos estos tratamientos mejoran y controlan los síntomas pero no curan la alergia.
¿Se curan las alergias?
Hoy en día sólo hay un tratamiento que puede inducir una tolerancia al alergeno: se trata de la inmunoterapia (vacunas). Consiste en inyecciones de dosis mínimas del alergeno repetidas durante un período de 3 a 5 años. Al cabo de ese tiempo la vacuna consigue en un alto porcentaje de personas que nuestro organismo deje de reconocer esa sustancia como dañina y por lo tanto no se produce la reacción alérgica. Por el riesgo de dar reacciones de tipo alérgico, que es menor del 5%, se administra en Unidades de Inmunoterapia, formadas por personal médico y de enfermería que tienen la experiencia suficiente para el manejo de estos tratamientos. Son especialmente eficaces para el tratamiento de alérgicos a picaduras de avispa. También son beneficiosas frente a pólenes, ácaros y epitelios de animales. Las vacunas han evolucionado mucho en los últimos años: las pautas de administración son más rápidas y los extractos alergénicos utilizados están mejor estandarizados y por esta razón, dan un menor número de reacciones alérgicas. Las vacunas son especialmente eficaces en los niños, es muy importante señalar que se ha demostrado que la inmunoterapia evita que lo que empezó con una rinitis acabe desarrollando un asma. En el momento actual contamos con una nueva vía para la inmunoterapia especialmente útil en niños, que consiste en aplicar gotas debajo de la lengua. Se evitan así los pinchazos y puede ser aplicada en casa. Para una correcta prescripción de una inmunoterapia es imprescindible acudir al alergólogo.
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