FUNCIONAMIENTO DE LA MEMORIA

Cómo funciona la memoria en las personas mayores

Cómo funciona la memoria en las personas mayores

El cerebro es el director de orquesta de la memoria. Sin que nos demos cuenta, millones de neuronas se dedican continuamente, en especial mientras dormimos, a almacenar, seleccionar, comparar, combinar, etiquetar, ordenar y... rescatar lo que hemos aprendido, sentido, querido u odiado: en una palabra, los recuerdos que componen nuestra existencia.

La memoria es una de las funciones más fascinantes y esenciales del cerebro humano. Gracias a ella, somos capaces de aprender, recordar experiencias, adquirir habilidades y construir nuestra identidad. Pero, ¿cómo funciona exactamente este complejo sistema?  Conoce cuáles son los tipos de memoria, sus etapas, y cómo el cerebro almacena y procesa la información a lo largo de nuestra vida.

Conoce la memoria

La memoria sirve para adquirir información, para guardarla y reutilizarla. Hay tres sistemas principales de memoria:

  • Memoria declarativa: Se apoya en el lenguaje y administra tanto los recuerdos personales como los conocimientos culturales. Por ejemplo, recordar la fecha de tu cumpleaños o el nombre de una capital.

  • Memoria procedimental: Es la encargada de que recordemos los gestos o habilidades motoras, como montar en bicicleta o atarnos los cordones.

  • Memoria emocional: Fija nuestros recuerdos asociándolos con nuestras sensaciones. Es por esto que ciertas canciones o aromas nos traen recuerdos específicos.

La memoria trabaja en tres etapas principales. Lo que percibimos se graba en nuestro cerebro en unas milésimas de segundo: es la memoria sensorial. En menos de dos minutos, podemos retener una media de siete informaciones distintas: esto es la memoria inmediata. Posteriormente, almacenamos esas informaciones en la memoria a largo plazo, donde los recuerdos permanecen para ser recuperados más adelante.

El cerebro humano cuenta con cien mil millones de neuronas, y cada una puede crear hasta mil conexiones. Este entramado es lo que permite almacenar y recuperar información de manera eficiente.

Entre los 15 y los 30 años, nuestras capacidades de atención y concentración están en su punto más alto. Sin embargo, es posible aprender a cualquier edad si logramos mantener la concentración. Además, nuestro cerebro trabaja constantemente para consolidar los recuerdos, lo que explica por qué a menudo recordamos con más claridad eventos ocurridos hace veinte o treinta años.

Finalmente, cabe destacar que podemos generar nuevas neuronas cada día siempre que estimulemos nuestro cerebro de manera adecuada.

Los tipos de memoria y sus características

La memoria no es un sistema único, sino que está formada por diferentes tipos que cumplen funciones específicas:

1. Memoria sensorial

Es la primera etapa del proceso de memoria. Su función principal es registrar la información que recibimos a través de nuestros sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato) durante un breve período de tiempo, que puede ser de milésimas de segundo a unos pocos segundos. Por ejemplo, cuando vemos una imagen fugazmente, nuestra memoria sensorial nos permite recordarla por un instante antes de olvidarla.

2. Memoria a corto plazo o memoria inmediata

Aquí se procesa y retiene la información por un período breve, normalmente de unos 20 a 30 segundos. Este tipo de memoria es la que usamos, por ejemplo, para recordar un número de teléfono mientras lo marcamos. Su capacidad es limitada y generalmente puede manejar entre 5 y 9 elementos al mismo tiempo.

3. Memoria a largo plazo

Es donde almacenamos los recuerdos que queremos conservar durante un largo período de tiempo, desde días hasta toda la vida. Aquí se encuentra todo lo que hemos aprendido, nuestras experiencias y nuestras habilidades. Esta memoria se organiza en redes neuronales que facilitan la recuperación de la información.

¿Cómo se almacenan los recuerdos?

El proceso de almacenamiento de la memoria se puede dividir en tres fases:

  1. Codificación: Es el momento en que percibimos la información y la transformamos en un formato que el cerebro puede procesar. Por ejemplo, al estudiar para un examen, nuestro cerebro convierte los datos en patrones neuronales.

  2. Almacenamiento: Aquí es donde la información se guarda en el cerebro. Los recuerdos importantes suelen consolidarse gracias a la repetición y a la asociación con emociones o experiencias significativas.

  3. Recuperación: Es el proceso mediante el cual accedemos a la información almacenada en la memoria. Esto ocurre, por ejemplo, cuando intentamos recordar el nombre de alguien o cómo resolver un problema matemático.

La importancia de las emociones en la memoria

Las emociones juegan un papel crucial en el proceso de memoria. Esto se debe a que el cerebro tiende a priorizar los recuerdos que tienen un significado emocional, ya sean positivos o negativos. Por ejemplo, probablemente recuerdes con más detalle el día de tu boda o el momento en que superaste un gran reto, porque estos eventos están asociados a fuertes emociones.

Esta relación entre memoria y emociones está mediada por la amígdala, una estructura del cerebro que actúa como un puente entre el sistema emocional y el sistema de memoria. Cuando algo nos emociona, la amígdala intensifica el proceso de codificación y almacenamiento de ese recuerdo.

Factores que afectan la memoria

La memoria no siempre funciona de manera perfecta. Hay varios factores que pueden influir en su capacidad para retener y recuperar información:

  • Edad: A medida que envejecemos, es normal experimentar pequeños olvidos debido a la disminución de la plasticidad cerebral. Sin embargo, esto no significa que no podamos aprender cosas nuevas.

  • Estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente la memoria, ya que las hormonas del estrés (como el cortisol) interfieren con la capacidad del cerebro para formar nuevos recuerdos.

  • Sueño: El descanso adecuado es fundamental para consolidar la memoria. Durante el sueño, el cerebro organiza y almacena la información aprendida durante el día.

  • Nutrición y actividad física: Una dieta equilibrada y el ejercicio regular pueden mejorar la función cerebral, incluyendo la memoria.

Cómo mejorar la memoria

Aunque la memoria puede deteriorarse con la edad o por otros factores, hay muchas maneras de mantenerla en forma:

    1. Mantén tu cerebro activo: Participa en actividades que desafíen tu mente, como resolver crucigramas, aprender un idioma o tocar un instrumento.

    2. Duerme lo suficiente: El sueño es esencial para la consolidación de los recuerdos. Intenta dormir entre 7 y 9 horas al día.

    3. Haz ejercicio físico: La actividad física mejora la circulación sanguínea, lo que beneficia la salud del cerebro.

    4. Cuida tu dieta: Los alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas del complejo B son especialmente buenos para el cerebro.

    5. Prueba técnicas de memoria: Asociar información nueva con imágenes o palabras familiares puede ayudarte a recordar mejor.

La evolución de la memoria

La memoria no es estática; cambia y se adapta a lo largo de nuestra vida. Aunque nuestras capacidades pueden alcanzar su punto máximo en la juventud, el cerebro tiene la capacidad de aprender y adaptarse en cualquier etapa. De hecho, con hábitos saludables y estímulos adecuados, podemos seguir generando nuevas neuronas y conexiones neuronales hasta edades avanzadas.

Bibliografía

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