Diez consejos para aliviar los síntomas de un resfriado
La Doctora Aurora Garre, asesora médica de Cinfa, explica cómo prevenir el contagio y unas sencillas pautas para aliviar los síntomas del molesto resfriado.
Con la bajada de las temperaturas, aumentan los casos de resfriado entre la población, ya que el frío es un factor que favorece la supervivencia de los virus responsables de determinadas infecciones del tracto respiratorio. El constipado o catarro común es la más frecuente, y afecta a personas de todas las edades entre dos y cuatro veces al año, lo que hace que se trate de la enfermedad leve más extendida en el mundo.
La asesora médica Aurora Garre explica que "el origen de esta infección es viral; existen más de 200 tipos de virus que pueden causar el resfriado, por lo que actualmente no existe un tratamiento efectivo que lo cure o prevenga". De esta forma, la prevención, a través de una serie de medidas higiénicas básicas, debe centrar nuestros esfuerzos para evitar la trasmisión de los virus y por tanto, los contagios.
En este sentido, la doctora Garre recomienda que en caso de estar enfermo hay que "lavarse a menudo las manos, taparse la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca para no empujar los gérmenes dentro del organismo, no compartir alimentos, cubiertos o pañuelos y ventilar con frecuencia las habitaciones para evitar que los virus se concentren en una estancia".
Además, añade que "la mejor forma de evitar los resfriados es mantener nuestro el sistema inmunológico en condiciones óptimas. Para ello, es importante dormir un mínimo de siete horas diarias, reducir el estrés y llevar una alimentación equilibrada".
No obstante, si a pesar de estas recomendaciones acabamos sufriendo un resfriado, podemos seguir unos consejos para ayudarnos a aliviar los molestos síntomas, que en circunstancias normales desaparecerán en un periodo de entre cuatro y diez días.
Diez consejos para aliviar los síntomas del resfriado
1. Descansar todo lo que sea posible
Especialmente si se presenta fiebre. De esta forma, permitiremos que nuestro organismo recupere fuerzas.
2. Mantener un ambiente cálido y sin excesiva humedad
Que evite que nos resfriemos todavía más.
3. Evitar los cambios bruscos de temperatura
Y las bebidas excesivamente frías -con hielos- o calientes.
4. Dejar de fumar y evitar los ambientes con humo
Ya que irritan todavía más nuestra garganta y mucosas.
5. Alimentarse adecuadamente
Especialmente con frutas y verduras, que son fuentes de vitaminas y minerales que ayudan al cuerpo a desarrollar sus propias defensas.
6. Beber gran cantidad de líquidos
Puesto que ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Sin embargo, hay que evitar las bebidas alcohólicas, que pueden interferir con la medicación.
7. Realizar aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto
Para aliviar la congestión nasal. Se consigue también una acción expectorante. En el caso de niños pequeños con exceso de mucosidad, se recomienda el lavado nasal con suero fisiológico 15 minutos antes de las comidas y antes de irse a dormir.
8. Beber mucho y hacer gárgaras con agua caliente con limón y miel
La acción emulgente nos permite calmar el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua a frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad.
9. Consultar al farmacéutico y evitar la automedicación
Como profesional de la salud, el farmacéutico sabrá aconsejarnos tanto acerca de hábitos saludables como de los distintos tratamientos a nuestro alcance. Además, si se quiere recurrir a fármacos que alivian los síntomas, como antigripales, descongestivos, o analgésicos, es indispensable contar con su asesoramiento o el de un médico.
10. Cuidado con los antibióticos
Es muy importante que no se tomen antibióticos por cuenta propia: además de que no son efectivos contra el catarro, ya que este está causado por un virus y no por una bacteria, el hecho de utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede hacer que nuestro organismo se haga resistente a ellos. Esto implica que, cuando realmente los necesitemos para tratar alguna enfermedad, podrían no hacernos ningún efecto.
Si, aún teniendo en cuenta estos consejos, en el transcurso de dos semanas no hemos notado una mejoría, es conveniente acudir al médico de cabecera, para descartar posibles complicaciones.
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