Cómo cepillarte correctamente los dientes

Al menos dos veces al día. Una de ellas debe hacerse justo antes de irte a la cama porque, cuando duermes, disminuye la producción de saliva, y los dientes quedan más desprotegidos frente a la acción de la placa. Otro cepillado esencial: el de la mañana (mejor después del desayuno). Así eliminas la placa acumulada durante la noche y los restos de la primera comida del día.

No más de tres veces al día

Está bien que te cepilles también después de comer, pero no por cepillarte más veces proteges más tus dientes. Se ha comprobado que un exceso de cepillados acaba provocando retroceso de las encías.

No te frotes enérgicamente

Los cepillados enérgicos hacen que las encías se retraigan. Además, una vez que la placa se ha convertido en sarro, el cepillado no puede eliminarlo, por mucho que frotes. Sostén el cepillo como una pluma: eso reduce el impacto y la presión.

Un mínimo de dos minutos

Pon un minutero con alarma si es necesario, pero comprueba que te cepillas al me­­nos durante dos minutos: es el mínimo necesario para una buena limpieza.

Establece una rutina

Intenta cepillarte en el mismo orden todos los días: es la forma de no olvidar ninguna zona. Por ejemplo, cepíllate primero la parte exterior de izquierda a derecha y luego la interior de derecha a izquierda...

Usa siempre cepillos suaves

Cuanto más duras y rígidas las cerdas, más riesgo de dañar las encías.

Cambia el cepillo cada tres meses

Con el tiempo, el cepillo pierde su capacidad de limpieza. Si ves que las cerdas se deterioran antes, es que frotas con demasiada energía.

El cepillo eléctrico está bien, pero no es indispensable

Es útil para personas poco rigurosas con el cepillado o para las que tienen limitaciones físicas. Sin embargo, hay que tener cuidado: una presión muy fuerte o prolongada puede dañar las encías.

Escoge el dentífrico que te conviene a ti

Los hay especiales para combatir la placa, el sarro, para blanquear los dientes, para dientes sensibles, para las encías... Consulta al dentista cuál es el que te conviene.

Cómo usar el hilo dental:

Un altísimo porcentaje de gente jamás utilizó hilo dental en la infancia. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para empezar. Para un buen empleo:

• Úsalo al menos una vez al día. La mayoría de dentistas recomiendan utilizar el hilo al menos una vez al día. Si, en otros momentos, te quedan restos de comida entre los dientes, el hilo te ayudará a eliminarlos.

• Escoge el mejor momento. Aunque mucha gente usa el hilo antes de acostarse, la regla de oro es utilizarlo en el momento más conveniente para cada uno (uno en el que no tengas prisas). Eso aumenta las probabilidades de seguir empleándolo.

• No escatimes hilo dental. Usa tanto como necesites y emplea un trozo limpio cada vez. Si usas el mismo trozo puedes trasladar bacterias de un diente a otro.

• Elige el que más te convenga. Hay hilos dentales de diversos tipos, texturas y grosores. Prueba varios y elige el que prefieras y/o consulta al dentista cuál te conviene.

• Aprende a usarlo bien (pide ayuda al dentista). La forma más común es enrollarlo en torno a los dedos corazón de ambas manos hasta dejar un segmento pequeño de hilo. Luego, se tensa ese segmento con los dedos índices, se inserta en los espacios interdentales y se frota con movimientos suaves de vaivén, sin dañar las encías. Recuerda que debes usar el hilo en todos los lados y espacios del diente, en todas las piezas.