Consulta al dentista

¿Es recomendable visitar regularmente a un dentista?
Sí, por supuesto. Con ello se evitan más adelante numerosos problemas desagradables. En este tema de los cuidados dentales, se paga a los sesenta lo que no se ha hecho a los cincuenta. Por lo tanto, es importante adquirir el hábito de ir al dentista una vez al año, y mejor desde una edad temprana.

Sin embargo, solo una minoría hace esta visita anual. También puede suceder que él le pida que vaya más a menudo. Como conoce bien su dentición, él sabrá si, por ejemplo, usted tiene un riesgo de caries más elevado o unas encías más débiles y en qué casos la revisión debe ser más frecuente.

Además de la consulta anual, ¿qué otras revisiones se deben hacer regularmente?
Durante las consultas de rutina, el dentista verifica el estado de la dentadura y encías, de los empastes y de las prótesis. También verá si hay un inicio de lesiones, por ejemplo caries en las raíces, y comprueba la movilidad de las piezas, para ver si hay riesgo de caída de dientes. Verifica igualmente la oclusión dental, es decir, la forma en que los dientes «muerden» entre ellos. Y frecuentemente se aprovecha esta visita para hacer una limpieza profunda y eliminar el sarro. También se suelen hacer radiografías. Para los pacientes que no son «carioactivos», es decir, los que tienen menor riesgo de desarrollar caries, se recomiendan las radiografías cada dos años. Después de los 65, es suficiente una radiografía cada cuatro años, porque las caries se desarrollan menos rápidamente. No obstante, si el dentista considera que existe una modificación en el ritmo de aparición de caries, puede pedir que se haga este examen con más frecuencia.

¿Qué síntomas deben hacernos ir a la consulta?
Cualquier cambio perceptible en la boca debe consultarse inmediatamente, haya o no haya dolor. Esos cambios pueden ser numerosos, por ejemplo, un diente que corta o hace daño, o que se vuelve sensible al calor o al frío. Puede ser un empaste que ha cedido de algún modo y que sensibilice la pieza si se comen dulces. No deben tomarse a la ligera síntomas leves, como por ejemplo la sensación de una ligera movilidad, incluso si el diente no se mueve realmente, o que se acumulen restos de alimentos entre los dientes.

¿Qué otros síntomas deben tenerse en cuenta? ¿El dolor, por ejemplo?
No solamente el dolor, hay otras señales de alerta. Por ejemplo, si sangran las encías al limpiarse con el cepillo o si se percibe alguna secreción líquida. Esto puede revelar una infección en la encía. También si una prótesis se vuelve molesta. Y finalmente, atención a los dientes sometidos a endodoncia, pues al estar desvitalizados se vuelven más frágiles y tienen más riesgo de partirse o agrietarse.

Y repitámoslo, el dolor no es el único síntoma determinante para pedir hora porque la mayoría de las patologías son silenciosas. Al contrario de lo que se cree habitualmente, se puede tener algo serio y no notar nada en absoluto.

¿Cómo es la primera consulta y qué preguntas hace el dentista?
En una primera consulta examinará a fondo la boca para detectar posibles caries y comprobar, si es el caso, el estado de la prótesis.

Puede que haga alguna radiografía para ver con profundidad el estado de los dientes y de los maxilares. También le interesará conocer el estado de salud general, si por ejemplo tiene usted diabetes o problemas cardiacos. También informarse de sus antecedentes en materia bucal y dental, si tuvo pérdidas de piezas precozmente, accidentes en la mandíbula, etc.

¿Qué instrumentos utiliza?
El examen de la dentadura, de la parte interior y del techo del paladar (la cavidad bucal) se hace mediante un pequeño espejo. No hay nada que temer en esta primera consulta pues, salvo en casos de urgencia, un dentista no suele en una primera visita proceder a intervenciones de cierta entidad, como la extracción de una pieza.

Doctor Michel Blique, dentista, profesor adjunto de la Facultad de Odontología de Nancy, Francia