Enfermedades neurológicas e impotencia sexual

Cualquier enfermedad o daño en el sistema nervioso puede provocar una disfunción eréctil, ya que trata de alteraciones que pueden afectar a los nervios relacionados con los sentidos -en este caso al tacto y a la sensibilidad- y a los nervios que controlan los reflejos que abren los vasos sanguíneos del pene. De esta forma, no se transmite el impulso nervioso que desencadena la erección.

Aunque no tiene por qué ser así, por ejemplo, en el caso de la Esclerosis múltiple, es frecuente que se experimente una disfunción eréctil e incluso dificultades para alcanzar el orgasmo. En el mismo caso se encuentran aproximadamente el 75% de los hombres que sufren daños en la médula espinal -en la parte inferior de la columna- tampoco son capaces de conseguir una erección adecuada para la penetración.

Igualmente, la enfermedad de Parkinson, apoplejía, epilepsia y enfermedad de Alzheimer son ejemplos de otras enfermedades neurológicas que pueden provocar disfunción eréctil.

Los tratamiento a seguir en estos casos son similares que los pacientes que sufren otras enfermedades, aunque siempre habrá que ceñirse a cada caso concreto.