Síntomas que revelan la existencia de la impotencia

A menudo los hombres que padecen impotencia se sienten avergonzados y les resulta muy difícil afrontar la situación hablando con su pareja o acudiendo a un médico, por lo que, en vez de encarar el problema, es frecuente que eviten en lo posible las relaciones sexuales. A menudo se acuestan tarde, cuando su pareja se ha dormido; buscan excusas para invitar a familiares o a amigos a casa hasta altas horas o inventan directamente algún dolor de cabeza o de espalda para evitar el acercamiento físico a su pareja.

El trastorno afecta desde luego a la calidad de vida del hombre. Le causa ansiedad y pérdida de autoestima. Pero también tiene una grave repercusión sobre la relación de pareja. Con frecuencia la mujer puede confundir los estos síntomas de la disfunción eréctil con un menor interés sexual de su pareja: "Ha perdido interés", "no estoy lo suficientemente atractiva", "tiene una amante..." y busca las formas de procurar un mayor acercamiento. Naturalmente, esta actitud supone una mayor presión sobre el hombre, que tenderá a alejarse más y evitar todo tipo de contacto sexual. Una falta de respuesta por parte del varón las hace sentir rechazadas y resentidas, lo que acaba afectando a otras parcelas de la relación.

Además de problemas de pareja, la disfunción eréctil puede ser el primer indicio de que algo no funciona bien en nuestro organismo.