¿Cómo se relacionan tabaquismo y COVID-19?

¿Cómo se relacionan tabaquismo y COVID-19?

Las personas que fuman y las que están expuestas al humo ambiental del tabaco (“HAT”), fumadores pasivos, padecen con mayor frecuencia y de una forma más grave infecciones respiratorias porque el humo del tabaco deteriora varios componentes de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio; por eso tiene un mayor riesgo no sólo al contraer la COVID-19, sino de tener un peor pronóstico en caso de contagiarse.

Al exhalar el humo o el aerosol liberado por los cigarrillos electrónicos aumenta el número de gotitas de Flügge, y a la vez se incrementan las posibilidades de transmisión del coronavirus, ya que la carga viral que expulsa un fumador que está infectado al fumar o vapear es más alta que la que pueda expulsar una persona que no es fumadora y que está infectada.

La reciente encuesta realizada por el Ministerio de Sanidad, Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, destapó que el 81,52% de los encuestados eran conscientes del mayor riesgo que tiene el consumir tabaco con el agravamiento de los síntomas de la COVID-19.

El hecho de fumar o vapear aumenta la posibilidad de transmisión del virus a través de la boca en la medida en que supone llevar repetidamente los dedos a la boca; estadísticamente este aumento es más de 300 veces del movimiento boca mano boca del sujeto no fumador.

Dejar de consumir tabaco tiene un impacto positivo casi inmediato en la función pulmonar y cardiovascular del fumador, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, si bien dejar de fumar es siempre la decisión más sensata que se puede adoptar un fumador, dejar de hacerlo ahora es especialmente relevante para prevenir el contacto de la COVID-19 y, en su caso, para disminuir sus complicaciones.

De especial gravedad también resultan las pipas de agua y las técnicas de vapeo, aunque se utilicen boquillas desechables, ya que estas prácticas triplican el riesgo de contagio, no solamente por la no utilización adecuadamente de las boquillas, sino también por las repetidas maniobras mano boca y la dificultad de mantener las distancias físicas entre las personas que lo consumen.

Se deberían mantener todos los ambientes públicos y privados 100 % libres de humo del tabaco, especialmente en la situación pandémica que estamos viviendo, puesto que es necesario cumplir estrictamente con la legislación actual marcada con respecto al consumo de tabaco en espacios públicos cerrados y abiertos, dado que todos ellos pueden ser considerados como puntos críticos de contagio.

Por último, es importante tener en consideración que la transmisión aérea puede ser la ruta dominante para la propagación de la COVID-19, y que según un estudio realizado por la Universidad de Texas la transmisión del virus se puede dar por tres vías:

  1. Contacto directo con personas, se produce en corta distancia.
  2. Contacto indirecto depositado en objetos.
  3. Por vía aérea, en referencia a las gotas y aerosoles. Siendo así las gotas grandes contaminan personas y objetos; los aerosoles se dispersan eficientemente en el aire pudiendo transmitir el virus a una distancia y tiempo mayores.

Dr. Javier Galiana Perucho
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