Consejos psicológicos para sobrellevar la lumbalgia

Consejos psicológicos para sobrellevar la lumbalgia

Una de las causas principales causas para que el dolor agudo pase a ser crónico se debe a los factores psicoemocionales, es decir, nuestra actitud y ánimo frente al dolor que padecemos.

Una de las causas principales causas para que el dolor agudo pase a ser crónico se debe a los factores psicoemocionales, es decir, nuestra actitud y ánimo frente al dolor que padecemos. El dolor nos hace modificar nuestro estilo de vida y las actividades que realizamos, por eso nuestro estado de ánimo se puede ver afectado.

Los diferentes factores psicosociales afectan al paciente en la forma de afrontar el dolor y en muchas ocasiones se dejan de realizar actividades sociales con la familia y amigos para evitar el dolor.

El miedo al dolor es uno de los principales factores psicosociales

La manera con la que nos enfrentamos al dolor determina su evolución. El miedo a sentir dolor hace que cambiemos nuestros hábitos y rutinas. Estas actividades, normalmente, generan el movimiento necesario para un buen funcionamiento de los músculos impidiendo que se atrofien.

La insatisfacción laboral es otro factor psicosocial muy importante. Después de un periodo de baja laboral a consecuencia de una patología u operación, si el paciente intenta evitar la reincorporación al trabajo, la falta de movilidad impedirá el buen desarrollo de los músculos. Es decir, el paciente prefiere quedarse en casa haciendo reposo que ir a trabajar porque piensa que es favorable para el dolor. El paciente necesita volver a la rutina de forma pausada para reactivar los músculos.

El entorno personal es otro factor a tener en cuenta. En muchas ocasiones el entorno, familiares o amigos, facilitan las tareas a las personas que sufren algún tipo de dolor. Al final, el paciente acaba asumiendo que es incapaz de realizar las tareas y por ello, las deja de hacer y facilita el atrofiamiento de los músculos.

¿Aprender a convivir con dolor o superarlo?

Más de la mitad de la población ha sufrido un dolor agudo alguna vez y para evitar que se convierta en crónico es necesario que un especialista examine las causas y aplique un tratamiento para solucionarlo. Cuando se sufre un dolor crónico lo mejor que se puede hacer es no obsesionarse e intentar mantener la rutina habitual incorporando alguna modificación para que el dolor no se intensifique.

No obstante, esto no significa que dejemos de fijarnos en la intensidad del dolor y vayamos controlando en qué circunstancias nos duele más.

Además, la actitud y mentalidad son elementos clave que no se deben descuidar. Se recomienda que el paciente tenga pensamientos positivos para fortalecer la mente y siga realizando las actividades que más le gustan, pese al dolor, ya que pueden ayudarle a aumentar la autoestima. El dolor nunca debe ser motivo para paralizar nuestra vida, debemos adaptarnos al dolor, pero no dejar que controle nuestras vidas.

El dolor más allá del impacto físico

El dolor no solo afecta físicamente al paciente, también emocionalmente. Impide al paciente llevar a cabo una vida normal, lo que puede causar estrés. Actualmente, existen diferentes tratamientos para aliviar el dolor crónico, pero en algún caso puede que el paciente necesite ayuda psicológica para sobrellevar el dolor. Hay que aprender a lidiar con el dolor y buscar una solución.

En muchas ocasiones, para evadir el dolor buscamos maneras de olvidarlo por medio del consumo del alcohol o por el uso abusivo de la televisión o las redes sociales. Esto hace que nos olvidemos del dolor momentáneamente, pero no conseguiremos que desaparezca el problema, sino que contrariamente contribuiremos a que crezca y se agrave. Para evitar esta situación es muy importante la ayuda psicológica para retomar la tranquilidad mental para volver a la rutina.

Hay que ser conscientes del dolor, impedir que tome el control de nuestra vida y nos arrastre a los pensamientos negativos. Hay que informase de cómo tratar el dolor, pero sin obsesionarse. Durante el camino busca apoyo emocional en tus familiares para no afrontar la situación solo.

Tener unos hábitos saludables, como dormir las horas necesarias y tener una dieta equilibrada, ayuda a combatir el dolor y estar más calmados. Recuperar la rutina y mantenerse activo reduce el estrés y evita que nuestra mente se enfoque en el dolor. Además, el uso de técnicas de relajación ayuda tanto a lidiar con el estrés y a que disminuya el dolor.

Aprender a reducir los sentimientos negativos como la ira, la tristeza o la ansiedad también contribuye a mitigar el dolor y centrarnos en recuperar las riendas de nuestra vida. Intenta realizar actividades agradables como retomar tus aficiones o quedar con tus amigos. La ayuda por parte de especialistas en salud mental puede ser un gran pilar durante este proceso porque pueden ofrecerte técnicas efectivas para convivir con el dolor crónico.

Dr. Carlos Antonio Morales Portillo
Top Doctors

Artículo recomendado

Buscador gratuito de residencias

Buscador gratuito de residencias

Encuentra la residencia que encaja con tus necesidades. Puedes filtrar por preferencias, ver los servicios y fotos de cada centro e incluso contactar...

Relacionados

Comentarios