El sexo después de los 60

En contra de todos los tópicos, la capacidad para disfrutar de una relación sexual satisfactoria y la capacidad de expresar los deseos sexuales propios, no disminuyen alcanzada la edad madura.

Sin embargo, es evidente que el envejecimiento comporta la aparición paulatina de cambios físicos, incluidos los que afectan a la sexualidad. Además de la brusca aparición de la menopausia en las mujeres, también los hombres registran cambios fisiológicos que pueden afectar de alguna manera a sus relaciones.

Con la edad, algunos hombres tardan más en sentirse sexualmente excitados o notan que su deseo sexual disminuye. A veces, les costará conseguir una erección o descubrirán que la erección no es tan potente como antaño. También suele ocurrir que necesiten una mayor estimulación para conseguir una erección, debido a la pérdida de sensibilidad, o que la eyaculación tarde más en producirse y el orgasmo y la cantidad de esperma sean menores que durante la juventud. Suele ser también habitual que la edad afecte al tiempo necesario para conseguir una nueva erección después de un orgasmo.

Este tipo de problemas no impiden mantener una actividad sexual normal en la mayor parte de las ocasiones. En algunos casos es suficiente con que la pareja busque y encuentre nuevas formas de estimularse mutuamente. En otros, resultará necesario acudir a un especialista que ayude a resolver el problema que, desde luego, no tiene por qué producirse necesariamente.