6 falsas creencias sobre la audición en personas mayores
Echemos un vistazo a las falsas creencias sobre la audición en personas mayores, y cuál es la realidad en torno a la capacidad autidiva, la prevención de problemas de audición y las soluciones a ello.
Hay distintos motivos por los que perdemos audición y uno de ellos es la edad. Sin embargo, esto no significa que hacerse mayor signifique padecer hipoacusia o perder gran parte de la capacidad auditiva. Como en otros muchos problemas de salud, la prevención es la clave y, un mayor, no tiene por qué verse aislado de su entorno al perder parte de las conversaciones de sus interlocutores.
Echemos un vistazo a las falsas creencias sobre la audición en personas mayores, y cuál es la realidad en torno a la capacidad autidiva, la prevención de problemas de audición y las soluciones a ello.
Mitos sobre la audición en persona mayores
Mito 1: perder capacidad auditiva no afecta al resto de la salud
Realidad: existe una conexión entre la pérdida de audición y el deterioro cognitivo. Un estudio realizado en 10,000 hombres mayores de 62 años, llevado a cabo por científicos del Hospital Brigham and Womens y la Escuela de Harvard, confirman que existe una relación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo. De hecho, el deterioro cognitivo fue mayor en personas con déficit auditivo que no atajaron el problema con un audífono y así recuperar la audición. Por lo tanto, un buen tratamiento puede revertir o prevenir otros problemas de salud.
Mito 2: no es necesario revisarse los oídos si no hay un problema latente
Realidad: a partir de los 45 años es recomendable revisarse los oídos, sobre todo cuando hay una herencia familiar de hipoacusia. No es necesario notar que no se oye en cuanto a cantidad, basta con percibir que no se entienden bien las conversaciones, para que nos hallemos ante una posible pérdida auditiva. Esa es precisamente la diferencia entre cantidad y calidad de la audición. Cuando se empieza a perder una parte de las conversaciones, a no entender algunas cosas, debe encenderse la señal de alarma, porque a veces las pérdidas no tienen solución, de ahí la importancia de detectarlas a tiempo para que no vayan a más, pero otras veces sí que la tienen cuando son detectadas precozmente.
Mito 3: es inevitable perder oído al envejecer y no se puede revertir
Realidad: no todas las personas mayores muestran una dificultad auditiva. La pérdida auditiva se puede ver provocada por distintas causas, desde la genética a ciertos medicamentos o la exposición a ruidos fuertes. De hecho, el efecto de vivir en sociedades ruidosas ha llevado a aumentar la incidencia de pérdida auditiva. Por lo tanto, evitar la exposición a ruidos fuertes es una de las mejores pautas para prevenir la pérdida de audición. Con los avances tecnológicos modernos, casi el 95 % de las personas con pérdida auditiva neurosensorial pueden recibir ayuda con audífonos.
Mito 4: la pérdida de audición solo es un signo de envejecimiento
Realidad: la pérdida de audición no es algo que afecte solo a personas mayores. Son varias las encuestas e informes que muestran que adultos a partir de los 20 años muestran una pérdida auditiva leve en uno o los dos oídos. En concreto la Encuesta Canadiense de Medidas de Salud de 2012 a 2015 indicó que el 78 % de los adultos de 60 a 79 años tenían pérdida auditiva, así como el 40 % de los adultos más jóvenes de 40 a 59 años, al igual que el 15 % de los adultos de 20 a 39 años e incluso que el 8% de los niños y jóvenes de 6 a 19 años.
Mito 5: solo necesitan audífonos las personas con pérdida auditiva severa
Realidad: la pérdida auditiva es a menudo una condición que progresa lenta pero firmemente. Y, como cualquier otro problema de salud, el tratamiento temprano es clave. Cuando antes se actúe sobre la pérdida auditiva, más posibilidades tendrá su cerebro de volver a entrenarse para manejar y discernir los sonidos. Cuanto más se relegue el tratamiento para la hipoacusia, más difícil será adaptarse y volver a aprender a escuchar de nuevo.
Mito 6: la alimentación no tiene relación con el oído
Realidad: una alimentación sana y equilibrada es importante para el oído. El aporte adecuado de vitaminas y de nutrientes beneficia su correcto funcionamiento. El aporte de vitaminas y nutrientes de diferentes electrolitos, de sodio, de fosfatos o de magnesio permite que funcione adecuadamente. Por lo tanto, una alimentación variada, rica en frutas y verduras, es importante. Obviamente no es lo esencial, pero sí es aconsejable.
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