Qué hacer ante un dolor fuerte en la zona lumbar

Los dolores fuertes en la zona lumbar pueden resultar una problemática que nos deje incapacitados para realizar nuestras tareas diarias durante mucho tiempo. Debido a esta cuestión, suele ser habitual la preocupación creciente acerca de cómo atajar estas afecciones de forma rápida y efectiva. No obstante, hemos de tener cuidado con los tratamientos para estas dolencias ya que, de apresurarnos, las lesiones serán susceptibles de cronificarse y, por tanto, mucho más complicadas de atajar.

Qué debemos hacer ante un dolor fuerte en la zona lumbar

Cuando algunos elementos que conforman la parte baja de la espalda -como los ligamentos, los tendones o los músculos- se tensionan debido a una lesión, una carga indebida o un esfuerzo excesivo, tienden a generar un dolor muy fuerte en el área lumbar. Uno de los sistemas más eficaces para evitar esta afección resulta en que seamos totalmente conscientes de las señales que nuestro propio organismo nos envía de forma constante. De este modo, tanto en el trabajo como en la práctica de una modalidad deportiva, hemos de procurar llevar a cabo los movimientos sin realizar forzamientos excesivos.

La utilización de terapias de calor y frío también supone otra solución muy socorrida a la hora de proporcionar alivio al padecer un dolor fuerte en la zona lumbar. Si sufrimos una inflamación, hemos de emplear hielo en el área afectada unos 15 minutos durante 72 horas para, posteriormente, empezar a aplicar calor en la parte baja de la espalda. Las sesiones de fisioterapia también resultan un gran añadido en nuestra batalla por mejorar un dolor fuerte en la zona lumbar ya que, a través de técnicas de estimulación eléctrica, podemos acceder a una recuperación más rápida.

Los medicamentos antiinflamatorios, así como los calmantes y los relajantes musculares son otro de los grandes pilares en los que se asienta cualquier tratamiento del dolor fuerte en la zona lumbar que se precie. Es el caso de fármacos como la aspirina o el ibuprofeno. Hay que tener en cuenta que, en estos casos, siempre necesitaremos una prescripción médica previa.