Una terapia sencilla y eficaz para el dolor lumbar

Aunque el dolor lumbar resulta una problemática muy frecuente en las consultas médicas, no podemos banalizar su impacto sobre nuestro cuerpo ya que, de no tratarlo de forma correcta, las consecuencias son susceptibles de agravarse. Las lumbalgias, de hecho, son patologías complejas de diagnosticar puesto que la sintomatología asociada es común a otro tipo de problemas localizados en la zona. Por ello, vamos a necesitar la ayuda de un experto que pueda identificar correctamente la dolencia y, con esos datos, configurar una terapia sencilla y eficaz con la que tratarla.

Conseguir la mejor terapia para tratar el dolor lumbar

La primera base para conseguir una terapia eficaz con la que evitar -y combatir- el dolor lumbar resulta en una correcta higiene postural. El objetivo es aprender a llevar a cabo los esfuerzos asociados a la vida diaria sin empeorar el estado de la parte baja de la espalda. Con la ayuda de un experto, seremos capaces de adquirir las habilidades necesarias para adoptar las posturas correctas cuando estamos de pie, tumbados o sentados. Hemos de tener en cuenta a este respecto que el entorno laboral es el que suele agravar este tipo de conductas, ya que se ven potenciadas normalmente por el estrés.

Aunque en los últimos tiempos se ha puesto en duda la eficacia de los fármacos en una terapia para combatir el dolor lumbar, lo cierto es que inmersos en una estrategia que incluya varias opciones simultáneas pueden ser de mucha utilidad. Es el caso de analgésicos de venta libre como el paracetamol o el ibuprofeno, o de los fármacos que requieren de prescripción médica como los relajantes musculares.

Por su parte, la actividad física, ya sea en el mantenimiento de nuestras actividades rutinarias o mediante la práctica de una modalidad deportiva determinada, supone una de las claves fundamentales en cualquier terapia contra el dolor lumbar que se precie. Estudios recientes han arrojado luz sobre una cuestión fundamental acerca de este tipo de dolencias y es que resulta mucho más efectivo mantenerse activo que guardar reposo total en el propio proceso de recuperación de la lumbalgia.