¿Cuándo podemos hablar de depresión?

Aunque el concepto de depresión popularmente se hace equivalente a la tristeza, la depresión es un trastorno mental importante y frecuente que se caracteriza por una tristeza persistente, cansancio, poca concentración, incapacidad para sentir placer por las cosas, indiferencia emocional (les da igual qué ocurran cosas buenas o malas), alteraciones en el sueño o en el apetito (más o menos cantidad y peor calidad de los mismos), sensaciones de culpa inadecuadas y a veces, deseos de suicidio.

Hay cosas que se parecen a la depresión y no lo son. Los trastornos adaptativos son situaciones en los que ocurren síntomas muy parecidos en relación a un desencadenante (ej: la muerte de la pareja). Las demencias a veces se parecen a la depresión en sus fases iniciales. El diagnóstico de depresión es complicado y lo tiene que realizar un médico o un psicólogo clínico.

Es importante que todo el mundo conozca estos síntomas de la depresión porque el tratamiento rápido de los mismos consigue prevenir muertes (es una de las causas principales de suicidio) y pérdida de calidad de vida en las personas que sufren una depresión. También porque ayuda a comprender mejor el comportamiento de las personas con depresión y porque el apoyo del entorno es importante para facilitar la recuperación y evitar las recaídas.

Las causas de la depresión no son bien conocidas pero sabemos que es más frecuente en las personas que tienen una enfermedad crónica o grave, una alteración del tiroides o que toman determinados fármacos.

El tratamiento de la depresión se basa en los fármacos antidepresivos y en la psicoterapia (hablar con un especialista ayuda a entender mejor la enfermedad y a frenar la aparición de los síntomas señalados anteriormente).