Dolor pélvico crónico

Dolor pélvico crónico

Se entiende por dolor pélvico crónico el dolor de localización pélvica, es decir en el abdomen bajo, que evoluciona por un periodo superior a 6 meses. Se trata casi con toda probabilidad del motivo de consulta más frecuente en la mujer, pudiendo variar en sus características de la localización y en la intensidad.

¿Qué es?

Se entiende por dolor pélvico crónico el dolor de localización pélvica, es decir en el abdomen bajo, que evoluciona por un periodo superior a 6 meses. Se trata casi con toda probabilidad del motivo de consulta más frecuente en la mujer, pudiendo variar en sus características de la localización y en la intensidad.

¿Cuáles son sus causas?

A pesar de que, en numerosas ocasiones, se intentan atribuir los síntomas dolorosos a causas orgánicas específicas, no es fácil clasificar de manera simple las causas del dolor pélvico crónico. Básicamente estas causas pueden dividirse en dos grupos: cíclicas y no cíclicas, lo que puede ayudar a discernir si hay un origen del dolor relacionado con el ciclo menstrual o no. Causas predominantemente no cíclicas:

Enfermedad pélvica inflamatoria. Adherencias pélvicas. Malposición uterina. Neoplasias de aparato genital. Trastorno músculo-esqueléticos. Alteraciones gastrointestinales. Colon irritable, Crohn o colitis ulcerosa, enterocolitis infecciosas, diverticulitis, obstrucción intestinal, neoplasias intestinales, hernias, apendicitisPatología urinaria. Enfermedades neoplásicas, síndrome uretral crónico femenino, cistitis intersticial, vejiga irritableFactores psicológicos. Sin anomalías orgánicas demostrables.

Predominantemente cíclicas: Dolor de la ovulación. Dismenorrea primaria. Dismenorrea secundaria:

  • endometriosis.
  • adenomiosis.
  • endometritis.
  • estenosis cervical.
  • leiomioma.
  • DIU. 

    4.  Síndrome premenstrual.

¿Cómo se diagnostica?

Un dolor que persiste más allá de 6 meses debe ser investigado, tanto desde el punto de vista somático como del psicosocial. Así, el estudio del problema no se puede considerar completo si no se responde a numerosas cuestiones y se revisan todas las variables posibles. Debe realizarse con un correcto interrogatorio extenso y preciso. Resulta imprescindible un buen examen clínico y realización de una analítica de laboratorio mínima. Se deben realizar cultivos de orina y exudados vaginales. Puede ser muy útil la realización de una ecografía pélvica, mejor si se realiza con sonda vaginal. Finalmente, y como último recurso, queda la posibilidad de realizar una laparoscopia, intervención quirúrgica sencilla que debe realizarse generalmente bajo anestesia general y que va a permitir el examen directo de la pelvis. Otras exploraciones, como la resonancia magnética, pueden ser útiles. En ocasiones es recomendable realizar una laparoscopia para el estudio directo de las vísceras pélvicas. Es una entidad que puede, y a veces debe, manejarse multidisciplinarmente, con la participación de otros especialistas (urólogos, digestólogos y traumatólogos).

¿Cuál es el tratamiento?

Una vez evaluado correctamente el dolor, si se ha encontrado una causa específica, el tratamiento de esta causa es lo primordial para el éxito terapéutico. Generalmente, se iniciará mediante un tratamiento farmacológico en aquellos casos de un dolor de origen no canceroso. En primer lugar han de utilizarse los salicilatos. En caso de que fracasen, la siguiente opción terapéutica son los antiinflamatorios no esteroideos. En tercer lugar, nos encontramos con la terapia adyuvante con antidepresivos tricíclicos, siendo el último paso el empleo de opiáceos si no se han obtenido buenos resultados, con todos los medicamentos anteriormente mencionados. En algunos casos el tratamiento ha de ser quirúrgico específico, según aquellas situaciones en las que se haya encontrado una aparente o posible causa del dolor, como por ejemplo la liberación de adherencias, la fijación uterina, la propia histerectomía. En otras ocasiones se realizará un tratamiento quirúrgico de las vías del dolor, pudiendo practicarse la ablación de los nervios uterosacros, la neurectomía presacra y la cordotomía o rizotomía, técnicas quirúrgicas todas ellas que tienen como meta fundamental la sección de los nervios que transmiten las sensaciones dolorosas.

Artículo facilitado por:
Clínica Universidad de Navarra

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